La política es útil cuando resuelve los problemas de los ciudadanos. Una máxima tan sencilla de entender y que parece resulta incomprensible para el Gobierno de izquierdas de Gandia.

Haciendo un somero análisis de las primeras medidas que ha adoptado podríamos señalar que el Gobierno Municipal se ha convertido en el principal problema de los ciudadanos. A la subida de impuestos, recorte de servicios públicos, precarización del transporte público y subida del paro cabe añadir incomprensibles ataques a nuestros principales sectores productivos, el turismo, y ahora el comercio.

El último de los anuncios ha sido el proyecto de actuación en el Parc de l'Est que ya ha aprobado en solitario el Gobierno. Unas obras que eliminarán la práctica totalidad de las plazas de aparcamiento público y gratuito en el recinto ferial y que constituirán la estocada mortal al comercio local de Gandia. Y no solo para los comerciantes sino que además castigarán a cientos de personas que acuden diariamente a trabajar a Gandia y que estacionan sus vehículos en el recinto ferial.

Al hilo de esto podemos indicar una serie de reflexiones. La primera de ellas es que vuelven a actuar los mismos que en su día incentivaron la instalación de grandes centros comerciales en la periferia de la ciudad y que causaron el cierre de numerosos comercios tradicionales. Son los mismos que ahora quieren poner aún más difícil que los clientes de Gandia y la comarca puedan acceder al Centro Histórico Comercial.

La segunda de las ideas es que han sido claros marcando su agenda de prioridades; primero las empresas concesionarias de los aparcamientos antes que los comerciantes y vecinos de Gandia. Por que hay que decirlo claro, este proyecto únicamente beneficia a las empresas privadas que gestionan los aparcamientos subterráneos de pago. Infraestructuras ideadas y proyectadas por PSOE y Bloc para unas empresas a las que ya les asisten los famosos reequilibrios económicos, esto es, cuando la empresa tiene ganancias son para la empresa y cuando pierde ha de sufragarlo el pueblo.

Paralela a esta actuación, y para ponérselo aún más complicado al sufrido comerciante, van a proceder a peatonalizar el puente viejo de Oliva cortando una de las pocas entradas naturales que le quedaban al Centro Histórico.

Y no olvidemos que todos los sábados tenemos mercadillo y que en nuestras fiestas patronales se instala una de las mejores ferias de la Comunitat Valenciana. Así, encontraremos una nueva dificultad derivada de la reducción de espacio que afectará a los puestos del mercadillo de los sábados y de los feriantes.

Otro de los aspectos de crucial importancia que no han abordado desde el gobierno es de qué manera afectará el trasiego de vehículos que antes no entraban en la ciudad y que ahora lo harán a diario en búsqueda de aparcamiento. No hay ningún estudio de movilidad sobre cómo se articulará el tráfico ni cuánto se incrementarán los niveles de contaminación acústica y del aire. Es decir, elevar un grado el nivel de caos que ya padecemos respecto a la gestión del tráfico en Gandia.

Este proyecto, que no tiene ninguna ventaja y sí muchos inconvenientes, ha sido aprobado en solitario por PSOE y MésGandia, a los que en ningún momento les ha interesado consensuar ni este ni cualquier otro proyecto con el grupo mayoritario en el Ayuntamiento de Gandia, el popular.

La propuesta que presentamos los populares de Gandia es clara y explicita: aprovechar los fondos que otorga la Diputación a los municipios para mejorar el aparcamiento del recinto ferial, ampliando su capacidad y destinando el dinero sobrante a mejorar otras zonas verdes de Gandia sin necesidad de eliminar plazas de aparcamiento. Eso sí es apostar por el comercio urbano y de proximidad, el que siempre hemos defendido desde el Partido Popular estando en la oposición y en el gobierno.

Sentido común aplicado a la política, esto es lo que proponemos y lo que nos exigen nuestros vecinos a la clase política. No podemos convertir la Administración en un problema sino en el eje conductor que vertebre soluciones para la comunidad.

En ese sentido y desde la lucidez asociada a la genialidad se puede sentenciar tan magníficamente al respecto: «no hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico», concluyó Aristóteles. Y eso es lo que pedimos, no un gobierno perfecto, empresa imposible con el actual ejecutivo, pero sí que al menos sea práctico.