Las lluvias caídas entre finales del verano y esta misma semana en la cuenca alta y media del río Serpis han dado una pequeña alegría a los agricultores de la Safor. Los registros de más de cien litros por metro cuadrado acumulados en algunos puntos de las comarcas de l'Alcoià y el Comtat han permitido un tímido incremento del agua embalsada en el pantano de Beniarrés.
Según datos de ayer mismo, tras recoger las los aportes de las lluvias de las últimas semanas, Beniarrés acumula 5,22 hectómetros cúbicos de agua, lo que representa un 19,8 % del total de su capacidad, fijada en 27 hectómetros cúbicos.
Hace dos meses el agua embalsada era de 3,30 hectómetros cúbicos, de manera que en este periodo ha entrado un caudal que permitiría el riego en los campos de la Safor durante varias semanas, dependiendo de las condiciones ambientales y de sequedad del terreno.
Como es obvio, en este tiempo de sequía la Confederación Hidrográfica del Júcar mantiene únicamente el régimen de salida necesario para mantener un caudal ecológico para el río, reteniendo el resto del agua que entra.
De mantenerse el régimen normal de precipitaciones en lo que queda de otoño y en los próximos invierno y primavera, el embalse seguiría incrementando la reserva. De ser así, pasaría página de uno de los periodos más secos que se recuerdan, con precipitaciones que, especialmente en el año 2014, fueron propios del desierto. El embalse ha pasado apuros los dos últimos veranos, quedándose en la cuota de los 3 hectómetros cúbicos y a punto de cortar la salida de agua.
Pese a todo, en ambos años la alarma se disipó a principios del otoño, cuando cayeron precipitaciones significativas que permitieron regar los campos e incrementar tímidamente la reserva de agua retenida.
