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«El Defensor del Ciutadà podría ser un mediador profesional»

«El Defensor del Ciutadà podría ser un mediador profesional»

Aunque en España es una profesión moderna y poco conocida, a diferencia de los países anglosajones donde tiene mayor recorrido, cada vez hay más partes de un conflicto que confían en un mediador para evitar farragosos procesos judiciales o administrativos. Este servicio profesional tiene su reflejo en el «home bo» de las localidades valencianas, figura prácticamente desaparecida tras el ocaso del mundo rural. El pasado jueves, día 19, Pérez ofreció una conferencia en la Sala de la Capella del Palau Ducal donde abordó ambos perfiles.

¿Qué es un mediador?

Es el profesional que conduce y garantiza un acuerdo, libremente adoptado entre las partes, bajo los principios de imparcialidad, neutralidad, voluntariedad y confidencialidad.

¿Qué asuntos suele tratar?

Sobre todo temas matrimoniales y de parejas de hecho como separaciones y divorcios; herencias; cuidado de personas dependientes entre familiares; conflictos intergeneracionales y mediación escolar. El mundo de la empresa todavía tiene recelos hacia la mediación, pero les serviría para que muchos asuntos se llevaran de forma discreta. También puede servir a las comunidades de vecinos, liberando a los administradores de fincas de algunos problemas que no les corresponden.

¿Son acuerdos vinculantes?

Si se elevan a escritura pública ante notario son títulos ejecutivos, como una sentencia dictada por el juez o un laudo arbitral. Si se incumplieran, entonces la intervención de los tribunales se simplificaría en tiempo y dinero.

En el caso valenciano, ¿podría tener su antecedente en el llamado «home bo»?

Sí. Desde tiempo inmemorial ha habido hombres y mujeres con una vocación de servicio social, que han creído en el diálogo para resolver las diferencias entre sus conciudadanos. Ahora bien, el «home bo», al igual que el moderno mediador, no decidía quién tenía la razón, su papel era otro; ayudar a las personas en conflicto a que ellos mismos llegaran a un acuerdo o solucionaran su problema personal. No tenía más autoridad que la que las partes enfrentadas le reconocían, por sus cualidades personales o por su experiencia.

¿Qué asuntos trataba el «home bo»?

Solían ser disputas familiares, pero en especial problemas relacionados con el campo, como los límites de la propiedad de las tierras, regadíos, servidumbres de paso o ruptura de tratos pactados entre agricultores. La confianza, la discreción y la calma eran sus cualidades fundamentales.

Descubrió por casualidad que su abuelo, agricultor de Beniopa, fue un «home bo».

Sí, fue muchos años después de su muerte, cuando yo ya había decidido dedicarme a la mediación. Mis padres me hablaron de él; era el Tio Toni, Oliblanc o Aliblanc, como lo conocían en Beniopa. Para mí es un todo un ejemplo.

¿Conoce a otras personas de Gandia con similar función?

En el Grau de Gandia el pastelero Toni Rodríguez cita a Paco Martí Reig. En la conferencia también nos habló de su experiencia el padre José Puig, aunque desde una vertiente más religiosa.

¿Podría ocupar un mediador cargos que tienen algunos ayuntamientos como en Gandia el Defensor del Ciutadà?

Sí. Sería una plaza ideal, o al menos que esa persona nombrada por el pleno tuviera la ayuda técnica de un mediador.

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