El monasterio de Santa María de Valldigna acoge una exposición en la que el protagonista de la misma fue quien tantas imágenes sacó del cenobio simatero. Se trata de Francisco Teodoro, fallecido repentinamente el año pasado quien inmortalizó intensamente a través de miles de imágenes la recuperación de este complejo monacal.

Con el nombre de «El monestir de Francisco Teodoro», esta exposición recoge un total de 56 instantáneas del edificio, y tiene como finalidad dar a conocer la mirada sobre este conjunto arquitectónico de quien seguramente ha sido su mejor cronista visual. Esta exposición, organizada por el patronato de la Fundació Jaume II el Just en diciembre de 2014, rinde homenaje a la labor realizada por Teodoro de cara a esta institución.

La muestra fotográfica está dividida en siete apartados que son: «El temps s'atura», donde pueden observarse pequeños detalles del monasterio; «Amor entre murs», en el que aparecen los edificios y muros del monasterio; «Un viatge al passat», que recoge fotos del monasterio en un pasado reciente; «Panoràmiques», que reúne amplias vistas del monasterio; «Nits al monestir», con fotografías nocturnas; «Un monestir viu», que relata la actividad diaria en el monasterio y, por último, «El claustre», del que Teodoro estaba especialmente interesado y cuya reposición en el Palau del Abat vivió el fotógrafo vallero en primera persona.

Los comisarios de la exposición son la viuda y los hijos del fotógrafo, Lola Grau, David y Carolina, que han cedido las imágenes y su trabajo de manera altruista, igual que hizo Paco Teodoro durante toda su vida.

Colaborador de Levante-EMV y de decenas de entidades valencianas, especialmente las de la Valldigna, Teodoro fue reconocido como hijo predilecto de Tavernes de la Valldigna en un acuerdo unánime adoptado a finales de la pasada legislatura.

La muestra fotográfica en el monasterio de Valldigna, del todo recomendable, permanecerá hasta marzo del próximo año.