El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, anunció ayer el reinicio de las obras del Centro Ecuménico de Oliva, un proyecto labrado hace años pero que lleva mucho tiempo en el olvido. En realidad, el cardenal habló de retomarlo pero como «un centro interreligioso» para el encuentro y valoración de las religiones y de las distintas confesiones cristianas que sería «el primero de europa».

Cañizares realizó el anuncio en la rueda de prensa con motivo del encuentro europeo de la comunidad ecuménica Taizé, que reúne desde ayer y hasta el 1 de enero en Valencia a más de 15.000 jóvenes.

Esas palabras, sin embargo, no han hecho nada de gracia en Oliva. El alcalde, David González, tachaba ayer de «imprudente» a Cañizares por hablar de algo que no está ni consensuado con el ayuntamiento, propietario de los terrenos desde que en 2009 una sentencia le permitió recuperarlos. En 1998 el alcalde popular, Enrique Orquín, los había cedido al arzobispado para la construcción del Centro Ecuménico. La parcela, de 26.000 metros cuadrados, está en Oliva Nova.

González se mostró molesto y «alucinado» por las palabras del arzobispo y aseguró que lo que se tenga que hacer en esa parcela «será consensuado con toda la corporación y con los vecinos de Oliva». Recordó que «no hay ningún proyecto» ni «ninguna decisión tomada por parte del ayuntamiento». El alcalde reconoció que hace unos meses recibieron a un representante del arzobispado pero que «no cerramos nada».