Uno de los aspectos clave a la hora de luchar contra la violencia de género en Bellreguard es la estrecha colaboración entre la administración local, la policía de Bellreguard y la Guardia Civil. En este caso, Bellreguard pertenece a la demarcación de Oliva.
Según explicó Ferran, jefe de la Policía Local, en la última junta de seguridad se delimitaron las competencias de cada cuerpo y se firmó un acuerdo de colaboración que está siendo imprescindible para mantener el seguimiento de las víctimas.
Así, cada vez que los municipales acuden a un domicilio por una denuncia de presuntos malos tratos contra una mujer, siempre, aunque luego se compruebe que no lo son, se remite un informe a la Guardia Civil. Esa información va conformando ficheros individualizados de cada víctima o posible víctima. De ese modo, si en un futuro hay una denuncia se pueden comprobar si había antecedentes. «Muchas veces, cuando hay un caso de violencia de género, se dice que no había denuncia. Eso no significa que no se produjeran episodios anteriores, sino que, a lo mejor, la policía ha acudido y si han visto que en ese momento no había agresión no levantan acta. Nosotros, por pequeño que sea el caso y aunque la chica diga que no le ha pegado y no quiere denunciar, pasamos informe al cuartel de la Guardia Civil de Oliva», explicaba Ferran, responsable municipal de la policía.
