El Ayuntamiento de Gandia, que necesita dinero a montones para poder salir de la situación económica en la que se encuentra, ha visto la posibilidad de recaudar un millón de euros con la venta de ochenta plazas de garaje que son propiedad de la empresa municipal IPG. Ese párking se encuentra bajo la «escoleta» pública de Corea, situada en la confluencia de las calles Jaume II y Perú y, por extraño que parezca, durante años han permanecido abandonado.
El consistorio ha dado el primer paso para proceder a un cambio legal que permitirá clasificar ese garaje como suelo patrimonial, dado que en estos momentos es dotacional y no se puede vender.
En segundo lugar, y a la vista de que la empresa IPG va a ser disuelta, como ha prometido el Gobierno local, la titularidad de las plazas de aparcamiento se cederá al ayuntamiento, que es el que realizará la subasta de venta.
Se trata, en realidad, de un proyecto que, a principios de 2014, puso en marcha el anterior Gobierno local del PP, pero que, como tantas otras actuaciones, se quedó en el cajón. Ahora ha sido recuperado por el nuevo ejecutivo del PSPV-PSOE y de la coalición Més Gandia, que ve la posibilidad de ingresar una buena suma de dinero y aliviar las arcas municipales.
Cierto es que, como ha ocurrido con las viviendas, el precio de venta de las cocheras ha bajado mucho en los últimos años, pero el ayuntamiento confía en la buena situación de este párking, en una zona densamente poblada y con escasez de plazas, para sacar un buen pellizco de dinero.
A unos 13.000 euros por plaza
Según señalan fuentes municipales, la idea es conseguir más de un millón de euros, lo que saldría a unos 13.000 euros por cada una de las 80 plazas. La pérdida de valor es evidente porque hasta no hace mucho tiempo en la ciudad de Gandia se vendían plazas para aparcar por cantidades que oscilaban entre los 20.000 y los 25.000 euros, incluso más si estaban en el Centre Històric o sus proximidades. El consistorio también se subastarán los 10 trasteros a los que no se les ha dado un uso.
El párking subterráneo fue construido en la última legislatura del alcalde José Manuel Orengo, y la intención era que su explotación pudiese financiar, en todo o en parte, la inversión pública realizada en las obras de la guardería municipal situada en el edificio superior.
