Una mujer llamada Carmen y sus tres hijos, de 14, 12 y 2 años, pueden acabar en la calle mañana lunes si nadie evita el desahucio que está programado en su vivienda de la calle Cánovas del Castillo de la ciudad de Oliva.

Esta familia lleva dos meses residiendo en ese lugar después de haber abandonado el otro en el que vivía por no poder pagar el alquiler. Se trata de un piso vacío propiedad de una entidad bancaria que acudió a los tribunales para proceder al desahucio a pesar de que, según destaca la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca (PAH) de la Safor-Valldigna, estaría la mujer estaría dispuesta a pagar un alquiler social a cambio de permanecer en ese lugar.

La PAH, que ha llamado a la movilización para evitar del desahucio, considera especialmente grave este caso por cuanto se dejaría en la calle no solo a una persona adulta, sino también a tres menores, uno de ellos de apenas dos años.

Según señala la PAH, el piso, como muchísimos otros en la mayoría de las ciudades valencianas, está desocupado, por lo que solicita que se tenga en cuenta esta circunstancia y negocie para evitar el drama de dejar en la calle y en pleno invierno a una familia. De momento, y pese al respaldo de instituciones de Oliva, el banco no ha querido negociar.

La PAH recuerda que la entidad bancaria titular del piso «fue rescatada con dinero público», pese a lo cual «no ha revertido ni un mínimo, este favor, y continúa manteniendo cerradas viviendas en vez de ponerlas a disposición de alquileres sociales».

Por todo ello, la PAH solicita la colaboración ciudadana en las acciones previstas para mañana lunes y evitar el desahucio. Precisamente hace unos días esa presión evitó que un hombre que vive en un piso de Piles fuese el primer desahuciado del año en la comarca de la Safor, aunque el conflicto sobre la vivienda continúa.