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Gandia estudia suspender el polígono que forzó para ubicar el nuevo hospital

El área industrial de Sanxo Llop, de 467.000 metros cuadrados, sucumbe ante la imposibilidad de reunir el dinero para terminarlo - La empresa promotora pide una nueva prórroga al consistorio

Gandia estudia suspender el polígono que forzó para ubicar el nuevo hospital

Los proyectos forzados, y encima cuando coinciden en el tiempo con una profunda crisis económica e inmobiliaria, difícilmente pueden acabar bien. Eso es lo que ha ocurrido con el polígono de Sanxo Llop de Gandia, que sigue medio abandonado desde que, hace cerca de tres años, las obras quedaron paralizadas por falta de dinero.

Allá por el año 2006 el ayuntamiento tuvo que plegarse a los deseos de la Generalitat, que eligió un tanto caprichosamente el lugar para ubicar el futuro hospital comarcal, y el entonces Gobierno local de José Manuel Orengo se puso a trabajar para desarrollar un polígono que casi llega al término de Bellreguard, con una superficie de 467.000 metros cuadrados y una inversión prevista de 33 millones de euros en la urbanización.

Tras una complicada gestación, la empresa Coprusa, adjudicataria del proyecto, inició las obras en 2009, pero apenas un año después empezaron a surgir tantos problemas que buena parte de los propietarios pidieron suspender la urbanización.

El ayuntamiento, sin embargo, no quiso porque pensó que esa decisión retrasaría la construcción del futuro hospital, e incluso que la Generalitat podría optar por suspender sine die un centro sanitario largamente reivindicado por todos los municipios de la comarca.

El fracaso del pago en terrenos

Los propietarios, ya sumidos en la crisis del ladrillo, optaron mayoritariamente por pagar la urbanización mediante la cesión de terrenos al urbanizador, lo que no hizo más que dificultar la continuidad de las obras porque a la vista estaba que, a medida que pasaba el tiempo, las parcelas iban perdiendo su valor y Coprusa se quedaba sin el capital para poder seguir invirtiendo.

Otra vez pensando en no retrasar el hospital, el ayuntamiento echó un cable y, a través de la empresa municipal IPG, se adquirieron parcelas por valor de unos 12 millones de euros, cantidad que, casi en su totalidad, aún no ha sido pagada. De hecho, IPG es el principal deudor de este polígono.

Las obras en Sanxo Llop están ejecutadas al 40 %, el polígono abandonado y con varias prórrogas acumuladas concedidas a la empresa. Coprusa acaba de solicitar ahora un nuevo aplazamiento hasta que pueda reunir el dinero necesario, pero fuentes consultadas por este periódico señalan que el ayuntamiento, consciente de que no hay salida a corto plazo, estudia suspender la urbanización, lo que supondría iniciar un complicado proceso para liquidar todas las obligaciones a los agentes y propietarios implicados.

A la vista del fracaso del proyecto, en la pasada legislatura el ayuntamiento tuvo que reaccionar para que, en paralelo a la construcción del hospital en la parcela cedida por el municipio, se pudieran construir las infraestructuras básicas que garantizaran su funcionamiento, entre las que figura una línea de alta tensión provisional para el suministro eléctrico.

Lo único positivo es que el nuevo hospital comarcal pudo abrir sus puertas hace casi un año, pero el polígono industrial que surgió casi expresamente para acogerlo sigue generando un mar de problemas. Su paralización augura quebraderos de cabeza todavía insospechados.

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