No sería bueno para la agricultura que después de uno de los inviernos más suaves de las últimas décadas se produjera, como se anuncia, una bajada de la temperatura que pueda situar los termómetros incluso por debajo de los cero grados.
En el caso de los naranjos, que supone la mayor extensión agraria en la Safor, las anormales temperaturas de las últimas semanas han propiciado que el árbol ya haya despertado e iniciado el proceso de floración. En esas condiciones el frío, de llegar al nivel de heladas, podría afectar tanto al fruto como al propio árbol, al que pillaría «desprevenido» en su ciclo biológico.
Si en un invierno normal los naranjos pueden soportar temperaturas de entre 2 y 3 grados bajo cero, en las actuales circunstancias esos mismos registros acabarían causando daños.
El secretario de la Unió de Llauradors en la Safor, Alberto Roig, señaló ayer que los agricultores que tengan la posibilidad de regar sus campos hoy y mañana deberían hacerlo porque esa humedad contribuye a proteger el árbol ante eventuales heladas.
