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La industria de la Safor reduce el negocio en 367 millones y destruye 3.600 empleos

En los últimos cinco años el global de salarios pagados a trabajadores del sector se ha visto reducido en 99,1 millones de euros

La industria de la Safor reduce el negocio en 367 millones y destruye 3.600 empleos

En los últimos años de la profunda crisis económica, la industria en la comarca de la Safor ha sufrido un descalabro con pocos precedentes en la historia. A la percepción de esa realidad ahora se suman las evidencias subjetivas, que se traducen en los problemas que sufren grandes empresas del sector como Faus y Mármol Compac en Gandia o Federico Giner (esta se vio obligada incluso a echar el cierre) en Tavernes de la Valldigna, entre otras. Ahora esa situación ha sido contabilizada y los datos confirman el desplome y el drama en pérdida de puestos de trabajo.

Según el informe de Magnitudes Industriales que recoge el Institut Valencià d'Estadística (IVE) y que analiza el estado de este sector económico entre los años 2008 y 2013, las empresas de la comarca se han dejado por el largo calvario de la crisis más de 367 millones de euros en volumen de negocio anual, como se aprecia en el gráfico que acompaña a esta información.

Durante 2013 las mercantiles manufactureras generaron la cifra de negocio más baja de la serie histórica, con 796,6 millones de euros, que supusieron, nada más y nada menos, que una reducción del 31,5 % respecto a 2008, cuando la industria ubicada en la Safor movía 1.163 millones pese a que ya entonces se notaban los primeros efectos de la crisis.

Los datos demuestran que la industria ha sido el sector más damnificado en la comarca durante la crisis. Tanto que industrias que se consideraban un modelo experimentaron un proceso, lento o acelerado, de pérdida de negocio que se tradujo en una reducción del número de trabajadores. Faus Group sigue siendo un ejemplo, con 170 trabajadores frente a los más de mil que llegó a tener, pero igualmente significativo ha sido el cierre total de empresas solventes con unas decenas de trabajadores cuyas ventas se desmoronaron y, en consecuencia, acabaron por desaparecer.

En ese conjunto de desgracias laborales se encuentran los otrora prósperos ladrillares que ocupaban directa o indirectamente a miles de personas en la comarca, sobre todo en Villalonga y Oliva. Sus productos, destinados al «boom» de la construcción, sufrieron una brutal pérdida de demanda a partir de 2008, pero también bajaron muy considerablemente las exportaciones al extranjero, un mercado internacional que algunas de estas industrias habían logrado abrir.

Los datos del IVE también permiten conocer otros aspectos, como el peso de la Safor en el global de la Comunitat Valenciana. Actualmente (no hay cifras oficiales posteriores a 2013) la industria de esta comarca representa el 1,95 % del total valenciano, lo que supone que ha perdido presencia a nivel autonómico, ya que en 2008 la incidencia en la economía valenciana alcanzaba el 2,28 %, según el análisis.

Otra magnitud que se ha ido reduciendo en los últimos años es la que mide las compras y trabajos realizados por otras empresas para firmas de la comarca. En este caso, la pérdida se cifra en 196 millones de euros, al pasar de los 693 millones de 2008 a los 495 de 2013, que se traduce en un descenso del 28,5 %.

Imparable sangría laboral

Como es sabido, esta situación se traduce en una auténtica sangría de trabajadores que han ido engordando las listas del paro en los últimos años.

En 2008, la industria empleaba en la comarca a un total de 8.150 personas. Cinco años después, la devastadora crisis reducía la plantilla de personal del sector industrial hasta las 4.560. Eso significa que en cinco años se destruyeron un total de 3.590 empleos, un 44 % menos.

La fuga más importante de empleados se produjo entre el 2008 y 2009, cuando se borraron de un plumazo 1.623 empleos en el global de la comarca. En los años posteriores, aunque siempre a la baja, se mantuvo una tendencia más o menos equilibrada hasta 2013 cuando la pérdida de puestos de trabajo llegó hasta las 943 personas, un descenso importantísimo pero más moderado que el catastrófico dato de 2009.

El gasto en personal de las empresas también se ha visto mermado en estos cinco años. En concreto, la reducción global en salarios ha sido de 99,1 millones de euros. En este último dato influyen dos factores. Por una parte el descenso en el número de trabajadores. Por otra, la reducción generalizada de salarios que se ha registrado en las empresas durante los últimos años. En muchos casos esa reducción se ha pactado con los trabajadores, que han comprendido la situación y han puesto su grano de arena para evitar que las empresas cierren.

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