Es hora de comedor y en el colegio Santa Anna no rueda la pelota ni se escucha griterio. Los niños no saltan, ni corren mientras esperan la hora de regresar a clase. El patio se llena de silencio, concentración. Los alumnos, en diferentes grupos, juegan al ajedrez sentados en el suelo. Es el resultado del programa de innovación educativa que desde hace dos cursos está aplicando este pequeño centro de Oliva en sus aulas y que tiene esta modalidad como principal protagonista.
La clave principal es la inclusión del juego comp parte del currículo escolar, es decir, convertirlo en una asignatura más. Los alumnos, dependiendo del nivel, tienen una o dos sesiones semanales. El encargado de dar estas clases es Toni Bertomeu, maestro de gimnasia. «Hace tres años apenas sabía jugar al ajedrez, fui a una formación y decidimos incluirla como parte de mi materia», explicaba. Así fue como surgió. Bertomeu contó su experiencia al claustro y casi al instante empezó a andar el proyecto.
Empar Sastre, la directora, explica que «al principio, el ajedrez lo utilizábamos para los días que llovía y los niños no podían salir al patio a hacer gimansia, pero aquí no llueve nunca». Así que decidieron ampliar su práctica. Ahora están enganchados.
En Santa Anna, un centro que destaca por el gran número de novedosas iniciativas que organiza, quisieron ir un paso más allá.
Por eso, además de convertir el ajedrez en asignatura decidieron aplicarlo también en la enseñanza de otras materias como matemáticas, lengua, valenciano, medio, etc. Sin embargo, casi ninguno de los maestros sabía jugar. Pero ese problema dejó rápidamente de serlo. Durante un curso estuvieron recibiendo clases por parte de expertos que acudían semanalmente al centro a enseñarles las técnicas de este juego. Ese mismo curso ya empezaron a implementar el ajedrez en clase.
Un ejemplo. Una maestra sitúa sobre el tablero fichas de cartón con verbos escritos. Escoge una figura del ajedrez y a través de los movimientos de la misma, los pequeños deben llegar hasta la palabra para conjugarla. Quien más verbos logre, gana. Lo mismo en otras materias. «Con esta técnica lo primero que logramos es que los alumnos estén motivados a la hora de afrontar el estudio. Si intantamos que los aprendan de una manera tradicional pueden tardar tres semanas en asimilarlos, porque resulta menos entretenido, de este modo, en solo site días todos se los saben perfectamente», explicaba Sastre. El resultado, dice está siendo «tremendamente positivo» incluso en niños que presentaban características especiales que les provocaban un retraso en el seguimiento de las materias. Se ha destapado como «una perfectame herramienta para luchar contra el fracaso escolar».
A todos los niveles
Desde los tres a los 12 años. Todos los cursos del Santa Anna implementan el ajedrez en sus clases de forma adaptada a cada edad. Se utilizan dados, dominó, fichas, pelotas de pin pon, todo el material pensado y creado por el claustro del colegio. Es más, la dirección está a la espera de patentar ese material (no el método) «porque ya hay colegios que se han interesado». «Cada día recibimos llamadas de Galicia, Catalunya y otras comunidades que nos piden que les expliquemos cómo lo hacemos», señala la diretora.
El colegio Santa Anna ha participado en varios congresos en los que ha explicado cómo ha sabido implementar con éxito el aprendizaje del ajedrez en las aulas.
Entre los beneficios que aporta esta técnica está la mejora en la comprensión lectora, capacidad de superaación, organización, crecimiento personal, concentración, atención o mejora en las relaciones sociales, entre otros.
