Race unos días en este mismo periódico, un asesor a sueldo público se rasgaba las vestiduras por pedir responsabilidades a los que han causado el desastre económico en el Ayuntamiento de Gandia y la empresa pública IPG. Hasta ahí podemos estar de acuerdo, hay que pedir responsabilidades cuando hay una mala gestión del dinero de todos los ciudadanos, pero resulta paradójico que sólo señalen con el dedo al anterior gobierno del Partido Popular.

Es decir, pedimos responsabilidades para el PP que sólo tuvo un mandato de 4 años, pero tapamos los 28 años anteriores, no sea que si levantamos las alfombras salgan los ácaros. Y aquí es cuando uno ya queda en evidencia, se le cae el discurso por completo. Parece que padecen de una memoria corta que les impide recordar los préstamos millonarios que el gobierno socialista de Orengo (ahora investigado también en la Operación Taula) firmó sin autorización de la Generalitat Valenciana, las subvenciones finalistas que se desviaban para gasto corriente o los cánons para mejorar la red de agua potable y alcantarillado de la ciudad, destinados a cestas de navidad y cruceros a Roma.

Se les ha olvidado todos los bienes inmuebles comprados a dedo y que hoy no valen ni la tercera parte del precio por los que se compraron en su día (de ahí el agujero en las cuentas de IPG del ejercicio 2014) o los anteproyectos millonarios, bocetos y cuadras que a día de hoy no sabemos más bien para qué han servido.

No sé en qué ciudad vivían estos señores que ahora se echan las manos a la cabeza cuando se organizaban cabalgatas millonarias, se solicitaban cánons anticipados a los párkings subterráneos subiendo precios, para pagar una plaza millonaria, y que luego inauguraban sin acabar, sin pagar y con el dinero volatilizado. Parece que se les ha olvidado también los sobrecostes del Paseo de las Germanías, los satélites desde Madrid (seguramente no tendrían sintonizada GTV) o las fiestas en Fitur con barra libre y comida de gorra.

Entonces, ni a Diana Morant, ni a Salvador Gregori, ni a Carlos Penadés, ni a ningún otro dirigente socialista, se les escuchaba pedir responsabilidades por este incontrolado despilfarro y fiesta con el confeti de los bancos. No escuché a nadie cuando, mientras todo esto pasaba, la cifra de la deuda a proveedores se incrementaba hasta llegar a los 63 millones de euros, más 25 millones en facturas extrapresupuestarias (sin contar la empresa pública). Más que Sevilla con casi 800.000 habitantes, insuperable.

Estaban desaparecidos cuando se presentaban presupuestos de casi 100 millones de euros, contando con 55 millones de ingresos recaudados de los impuestos de los ciudadanos, y el resto firmando más préstamos, carencia tras carencia y sin pagar un solo céntimo de capital. Y de aquellos polvos, estos lodos.

Señores del Partido Socialista, ¿y ahora piden responsabilidades a quienes gestionaron la miseria que ustedes mismo dejaron? Y por si fuera poco, aprueban un sablazo al bolsillo de los gandienses, culpan al PP de todos los males y se pasan el día llorando.

Pidamos responsabilidades a todos, sin miedo, también a los responsables de haber llevado a este ayuntamiento a la quiebra, y en ese sentido apelo a los socios de Més Gandia y a Lorena Milvaques. Porque los que estaban entonces son los que han vuelto a la poltrona del poder, y los pirómanos no pueden convertirse en bomberos. Ese sí es el problema.