En Gandia se rozó ayer la tragedia. Un árbol de grandes dimensiones ubicado en el Parc de l'Estació, junto al apeadero de Renfe, se precipitó sobre una mujer y sus dos hijos menores de edad, que se encontraban tranquilamente en la acera.

El viento y probablemente el mal estado de las raíces del ejemplar, están detrás de este siniestro, que podría haber sacudido la tranquilidad sabatina de la capital de la comarca de la Safor.

Por suerte, los daños para los tres afectados fueron mínimos. Uno de los niños, de hecho, pudo salir por su propio pie, según narraron testigos presenciales. Bajo la copa del árbol quedaron la madre y una niña.

Al ver la escena, decenas de viandantes y vecinos se lanzaron corriendo hacia donde se encontraba el árbol que había sido derribado por el viento para tratar de rescatarles. Cuando los bomberos llegaron al parque, la mujer y la hija ya estaban siendo atendidas por efectivos sanitarios. Ambos, además de un buen susto, sufrieron heridas leves, pese a lo cual la madre fue trasladada al hospital «por precaución».

Rápidamente los bomberos y la Policía Local acordonaron la zona y procedieron a la retirada del ejemplar caído.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 13.30 horas. En un vídeo colgado en las redes sociales y también en la web de Levante-EMV, se puede apreciar los momentos de angustia que se vivieron al escuchar los gritos de auxilio de la madre.

Vientos de hasta 80 kilómetros

El temporal de viento que azotó ayer Gandia, con rachas de hasta 61 kilómetros, obligó a la Policía Local a decretar el cierre del Parque de Sant Pere, un espacio verde con gran cantidad de árboles. Aunque no hubo que lamentar ningún siniestro en este punto, la policía tomó esta decisión como medida de precaución.

Además, a través del perfil de Twitter lanzaron una serie de recomendaciones a los vecinos para que caminaran prevenidos en zonas arboladas.

En otros puntos de la comarca, como Xeraco, se registraron hasta 80 kilómetros por hora. En este municipio se suspendió el castillo de fuegos artificiales que tenía previsto disparar una de las comisiones falleras para la presentación de sus reinas. Su alcalde, Francesc Serralta, citaba, además, la caída de alguna rama de árbol, daños en algún solar abandonado pero todo cuestiones de poca importancia. En Bellreguard las rachas alcanzaron los 68 kilómetros, mientras que Piles llegaron a los 68 y en Miramar y Barx a los 74.