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El COR entierra el proyecto de Llanera y prevé una planta en Ròtova y un vertedero en Zarra

El organismo que gestiona las basuras acuerda un nuevo sistema con la Generalitat y asegura que reducirá costes económicos La planta de Ròtova se situaría en una zona de ampliación del polígono donde actualmente está la central de transferencia

Giro copernicano en la gestión de la basura de las comarcas centrales. El Consorcio de Residuos (COR) que agrupa a los municipios de la la Safor la Vall d'Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés y el Valle de Ayora está a un paso de dar carpetazo definitivo a la planta de tratamiento y al vertedero proyectados en Llanera de Ranes (la Costera) para procesar y enterrar la basura de 300.000 habitantes. La asamblea de alcaldes que la entidad celebrará el 15 de marzo solicitará formalmente la suspensión del proyecto a la Generalitat, algo que ya ha sido pactado.

La cita servirá para escenificar el acuerdo político alcanzado entre el presidente del COR, Roger Cerdà, el presidente de la diputación, Jorge Rodríguez y el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Alvaro, para definir un nuevo modelo que trata de poner fin a los múltiples conflictos abiertos en el territorio. Las bases de la hoja de ruta se plasmarán en un documento que firmarán todas las partes implicadas.

El esquema formulado anula la macroplanta de Llanera y la sustituye por dos microplantas de valorización y tratamiento, una en Bufali (la Vall d'Albaida) y otra en Ròtova, cuyo impacto ambiental será mucho más reducido.

Según ha podido saber este diario, la prfimera alternativa para ubicar el vertedero final donde terminará el rechazo procedente de estas dos instalaciones se baraja en Zarra (el Valle de Ayora), un municipio cuyo alcalde se ha mostrado proclive a acoger esta infraestructura desde que el Consell inició las gestiones, hace una década.

La entente concilia la adhesión de la Mancomunitat de la Vall d'Albaida, dado el compromiso de que se respetará el plan de gestión de la basura que viene aplicando desde hace años. La nueva planificación responde a la histórica demanda de la comarca de disponer de unas instalaciones propias de tratamiento, integradas bajo el paraguas del COR.

Desde el inicio de la legislatura, los responsables de la Conselleria de Medio Ambiente han dejado clara su oposición al macrovertedero adjudicado en 2009 en Llanera, en pleno pulmón de la Costera-la Canal, donde conviven 50.000 habitantes en un radio de 10 kilómetros. Fuentes del Consorcio consideran «más adecuada» la localización propuesta en Zarra, en unos terrenos públicos sin población a 8 kilómetros a la redonda, porque el grado de afección es menor. En principio, además, el suelo no entrañaría problemas medioambientales, frente a las dudas técnicas que suscitaba Llanera.

El nuevo modelo, además, podría resultar más económico para el bolsillo de los vecinos, puesto que suprime la transferencia de los residuos de la Safor —que representan el 50 % del total manejado por el COR— la Vall d'Albaida y la Costera, reduciendo costes de transporte.

La basura se trasladará directamente desde cada municipio a las dos nuevas plantas de tratamiento proyectadas, acortando el recorrido hasta el punto donde se produce la separación y el reciclaje. La ideada en Ròtova se ubicaría en una zona de ampliación del polígono industrial en el que ya se encuentra la actual planta de transferencia. El único centro de transferencias que habría que ejecutar es el de del Valle de Ayora, comarca que solo genera el 3 % del total de los residuos del conjunto de gestión del COR.

La cuadratura del círculo

La nueva planificación, acelerada con el nombramiento de Joan Piquer en la dirección general de Calidad Ambiental, permite la cuadratura del círculo para el presidente del COR y alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà (PSOE), que siempre ha sido muy crítico con el macrovertedero de Llanera.

Además de la fuerte corriente de rechazo social generada en la Costera y la Canal de Navarrés, la adjudicación del macrovertedero a la UTE Vytrusa (FCC-Dimesa) se vio ensombrecida desde el principio por las sospechas de amaño y las denuncias que apuntaban a un posible «pelotazo» en la compra de los terrenos. El proceso se halla en los tribunales y con el expresidente del COR y los técnicos que firmaron la concesión investigados en una causa por presunta prevaricación.

Esa planta debería de haberse puesto en funcionamiento en 2015, pero las obras todavía aguardan los permisos oportunos para iniciarse tras diversos modificados del proyecto, que redujeron sus dimensiones y la inversión planteada, de 90 a 60 millones de euros.

Actualmente la basura de estas cinco comarcas valencianas termina en Algímia d'Alfara (el Camp de Morvedre) y en Fontcalent (Alicante) y todo apunta a que seguirá siendo durante varios años.

En los próximos días, Cerdà tratará de lograr el máximo consenso político posible con los partidos y los alcaldes para evitar una «guerra de la basura» que se originaría en forma de rechazo vecinal a las nuevas instalaciones proyectadas. No lo tendrá fácil: son muchas las aristas y muchos los intereses en juego. Hoy mismo, los representantes municipales de Compromís en la Safor se reunirán para abordar los cambios y tomar posición política.

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