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Soy «maricón» y no boto

Soy «maricón» y no boto

Nos encontramos en marzo, y con él llegan las Fallas. Las calles empiezan a llenarse de cabalgatas, falleros y falleras y niños y niñas tirando petardos. Las fallas, como muchas de otras fiestas, tienen sus respectivas tradiciones: ¿qué sería de unas fallas si una mascletà o una despertà?, ¿o sin unas paellas nocturnas? Digamos que no serían unas buenas fallas.

Entre todas estas «tradiciones» falleras podríamos destacar una que afecta a todas las personas lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB): se trata del típico canto de «maricón, el que no bote?» o ¿acaso no lo hemos escuchado todos en algún momento? Una canción que muchísimas personas LGTB que quieren participar en las fallas tienen que soportar año tras año. Una canción que no se deja de cantar por un motivo, que parece que lo justifica todo: es una tradición, cuando vivimos rodeados de tradiciones absurdas. Y yo me planto ante esta canción discriminatoria: «Soy 'maricón' y no boto».

Utilizar «maricón» como algo ofensivo sí que es absurdo. Algo absurdo que sólo ayuda a ver nuestra propia orientación sexual como algo de lo que avergonzarse y esconderse. ¿Acaso no se da cuenta la gente?

Utilizar la discriminación por la orientación sexual de una persona nunca debería ser el motivo de una canción. Es un canto claramente discriminatorio y, aunque sabemos que no hay mala intención en quienes lo cantan, que esto se cante puede ofender a las personas LGTB.

Hace falta una educación y una implicación profunda por parte de las asociaciones LGTB y administraciones locales para dar una visibilidad al colectivo LGTB y naturalizar la situación y hacer consciente a la población que este tipo de frases no son adecuadas y existen alternativas inclusivas.

Acciones como las de Lambda, col·lectiu de lesbianes, gais, transsexuals i bisexuals de Valencia, en la que proponen sustituir la palabra «maricón» por «borinot» cambian estas tristes realidades y nos hacen darnos cuenta de lo que aún nos queda por hacer y que la sociedad entienda la diversidad sexual como algo natural, y no como algo sólo reservado a las personas LGTB.

Desde el Col·lectiu de Lesbianes, Gais, Transsexuals i Bisexuals de La Safor-Valldigna (CLGS) también nos sumamos a su iniciativa y lanzamos una campaña propia desde hace años en la que animamos a la gente a dejar de cantar esta canción. Campañas a las que los actuales ayuntamientos de Gandia y Valencia se han sumado y dado apoyo desde el primer minuto, un apoyo que nos visibiliza y que agradecemos

Por todo ello, invito a cualquier falla o banda de música a no cantar esta canción, o al menos, seguir la campaña de Lambda y cambiar «maricón» por «borinot».

Y si siguen creyendo que esto es alguna clase de capricho que tenemos las personas LGTB, les invito a pasarse por CLGS o cualquiera otra asociación LGTB, donde les explicaremos qué es la diversidad sexual y la LGTBfobia, y cómo discriminar a alguien no es sólo agredirle físicamente, que con una simple canción se puede hacer mucho daño. Y con un simple gesto, como cambiar una sola palabra como propone Lambda, se puede ayudar mucho.

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