Dolors nació en Gandia el 17 de mayo de 1965. Está casada con Emilio Ripoll y tienen un hijo, Diego. Estudió en el Colegio Pureza de María, en Valencia, y se diplomó en Magisterio. Actualmente es funcionaria de la Generalitat y desde hace más de 12 años trabaja como maestra en el CEIP Joan XXIII del Grau de Gandia. Su marido es desde los últimos siete años secretario de la Junta Mayor de Hermandades.
¿Qué sintió cuando se le propuso y aceptó ser madrina de la Semana Santa de Gandia?
Al principio me quedé muy sorprendida por el ofrecimiento, pero pasados esos primeros momentos no me lo pensé antes de decir que sí. Es un regalo que me hayan ofrecido esta oportunidad y que hayan confiado en mí para desempeñar este cargo.
¿Siente la responsabilidad de que la vean como representante de mujer ejemplo de cristianismo?
No especialmente. Como dice el papa Francisco hay que vivir nuestra condición de creyentes con naturalidad. Pertenezco a la Hermandad del Descendimiento desde el año 2002 y también a la de la Virgen de la Soledad desde el año pasado. Además soy miembro del consejo parroquial de la Iglesia de Sant Nicolau, y el párroco, Don Rafael, es el consiliario de la hermandad.
Para usted, ¿qué es ser cristiano en estos tiempos tan convulsos?
Hoy en día algunas personas profesan ser cristianas, pero les cuesta admitir o vivir los principios de su fe cristiana fuera de los círculos cristianos. Los cristianos tenemos el reto de vivir con coherencia nuestras promesas bautismales para así iluminar con el resplandor de la fe en Cristo.
Fiesta, tradición, cultura, turismo, religión... ¿qué es para usted la Semana Santa?
Creo que por lo que respecta a la ciudad es un poco todo. La Semana Santa de Gandia conjuga tradición y modernidad en todas sus manifestaciones, además de poseer una de las mejores imaginerías de la Comunitat Valenciana. Para los cristianos es además un oportunidad para reencontrarnos con Jesús a través de los acontecimientos de su pasión, muerte y resurrección.
¿Siente, como opinan muchos, que lo más difícil es acercar la religión a los jóvenes y que, en cierta medida, hay que «cristianizar» en nuestra propia sociedad?
Es difícil acercar la religión a los más jóvenes pero son cada vez más los que se acercan a ella a través de la Semana Santa; de hecho algunos de ellos están incorporándose a las juntas directivas de las diferentes hermandades. Considero que tanto la Junta Mayor como las diferentes hermandades organizan cada vez más actividades al año que son abiertas y en las que participa toda la ciudadanía. Actividades como el Día del Cofrade o las bandas de tambores son un buen escaparate para los más jóvenes y donde pueden comenzar a integrarse en las hermandades.
Hace unos días el Arzobispado de Valencia pidió que, para ser cofrade, hay que cumplir con los preceptos de un católico, entre ellos ser practicante. ¿Qué piensa?
Para los cristianos y para los cofrades la religión es una parte importante de nuestra vida diaria. En casa todos somos cofrades y participamos activamente en aquellas procesiones y actos litúrgicos que se desarrollan durante la Semana Santa a los que podemos asistir.
¿Dónde sitúa a la Semana Santa de Gandia y a sus hermandades en el aspecto de la acción social?
En los tiempos de crisis que estamos viviendo actualmente la Junta Mayor realiza una labor importante organizando actividades a lo largo de todo el año como son el Día del Cofrade, el teatro solidario, las Cruces de Mayo... con una recaudación que se destina a acción social. Además son cada vez más las hermandades que realizan actividades solidarias.
Es usted de la Hermandad del Descendimiento del Grau de Gandia, pero a nivel general ¿espera con especial interés algún acto de la Semana Santa?
Espero disfrutar de cada uno de los actos en los que he estado y voy a participar durante este año. Estoy convencida de que será emocionante desfilar el Viernes Santo, pero también el Domingo de Resurrección detrás del Cristo resucitado, imagen titular de la Junta Mayor; porque la resurreción es la que da sentido a la pasión y muerte de Jesús.
Esta Semana Santa se celebra en el Año Jubilar de la Misericordia decretado por el papa Francisco. ¿Qué significado tiene esa convocatoria?
Para el papa la misericordia no es una palabra abstracta sino un rostro para reconocer, contemplar y servir. Y así lo manifiesta en la bula con la que convoca al Jubileo, cuando dice «los signos que realiza Jesús de Nazaret, sobre todo hacia los pecadores, hacia personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia».
