Atrapado entre la ladera de un barranco y un muro, herido y con una oreja arrancada. Así encontró la Guardia Civil de Simat de la Valldigna (dependiente del cuartel de Tavernes) a un caballo la mañana del pasado 17 de marzo.
El equino había pasado toda la noche a la intemperie después de que, según denunció el propietario, unos perros que andan sueltos le atacaran en la pedanía del Pla de Corrals, en el término municipal de Simat.
Al parecer, el animal, al intentar huir del ataque de los canes, se cayó por un barranco con tan mala fortuna que acabó quedando atrapado sin poder salir.
Por la mañana, fue el dueño del caballo quien dio aviso a la Guardia Civil. Varios agentes acudieron al lugar y se encontraron con que el equino había vomitado, estaba herido de gravedad en una pata debido a que había estado toda la noche encajado en el muro y le faltaba una de las orejas como consecuencia del ataque de los perros.
La Guardia Civil se encontró con un panorama complicado, ya que no resultaba sencillo sacar al caballo del lugar donde había quedado aprisionado.
Según contaron testigos de los hechos a este periódico, para poder rescatarle, uno de los agentes tuvo que echar mano de una maza y, con sumo cuidado para no dañar al animal y no resultar herido él mismo, se vio obligado a derribar el muro.
Finalmente, los agentes pudieron sacar al animal sin causarle más daño del que ya había sufrido. El propietario del caballo, que estuvo presente durante toda la actuación tratando de mantenerle calmado, agradeció el trabajo de la Guardia Civil, puesto que incluso había visto peligrar la vida de su ejemplar, que sufrió el ataque de los perros.
