El Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna no peatonalizará el paseo del País Valencià y la plaza Major, es decir, el centro de la ciudad. La decisión ya está tomada por parte del Gobierno local una vez comprobado el rechazo frontal que mostraron la mayoría de los vecinos durante la reunión que tuvo lugar en el salón de plenos del consistorio la noche del martes.

En el encuentro, la concejala de Movilidad, Llum Sansaloni, que estuvo acompañada por Josep Llàcer, responsable de varias áreas desde las pasadas elecciones, explicaron a los presentes, alrededor de medio centenar de personas, que algunos vecinos, -dijeron que sobre todo madres y padres que acuden con sus hijos a estas zonas- les habían hecho llegar una propuesta que consistía en el cierre al tráfico de estos dos céntricos puntos durante los fines de semana. Empezaría los viernes por la tarde, a una hora que consensuarían con los comercios, y se alargaría hasta el domingo a la medianoche.

En el momento que se dio voz a los vecinos para que se generara un debate quedó claro que la gran mayoría no aceptaba de buen grado esta medida.

Los ciudadanos plantearon algunos problemas como la falta de aparcamiento, sobre todo en el paseo del País Valencià, o el hecho de que al cerrar la plaza los vehículos que entran al municipio por el este del casco urbano tengan que desviarse por la calle Carnisseria, una estrecha vía del casco antiguo que cuenta con unas aceras en las que, en ciertos tramos, apenas puede caminar una persona.

Los responsables municipales aclararon que la medida tenía como objetivo dinamizar el centro y que los vecinos puedan ocupar estos espacios tranquilamente en días en los que, sobre todo ahora que viene el buen tiempo, están muy concurridos, sin afectar de forma negativa a los comercios. Además, apuntaron que se empezaría el cierre al tráfico con elementos provisionales como vallas para, de funcionar bien, instalar algún sistema permanente.

Sin embargo, había presentes que no veían buena intención en la propuesta y acusaban al Ejecutivo de querer cerrar estas zonas al tráfico «para que la gente utilice el parking subterráneo» del paseo del País Valencià. La edil Sansaloni tuvo que desmentir en varias ocasiones que esa fuera la intención.

Algunos comerciantes tomaron la palabra para decir que la medida les afectaba negativamente, en tanto que muchos vecinos, al no poder circular y ante la escasez de puestos para estacionar, optaba por ir a comprar a otras ciudades.

También hubo quien la vio de manera positiva. Un hostelero de la plaza, por ejemplo, explicó que, pese a que está prohibido, algunos coches aparcan en la zona donde él instala la terraza y que eso hace que «genere en mis clientes una sensación de miedo y no se sientan».

Críticas por falta de concreción

Uno de los aspectos que más malestar despertó entre los vecinos fue el hecho de que el gobierno convocara la reunión sobre la peatonalización del centro sin tener un informe técnico o un proyecto claro, lo que impedía poder responder de forma clara a dudas concretas de los ciudadanos sobre cuál sería la situación del tráfico y del uso de los garajes. Sansaloni, respecto a esto, explicó que se trataba de una «primera toma de contacto» con la que pretendían palpar el sentir de la ciudadanía y que si la respuesta fuera positiva posteriormente ya se llevaría a cabo una reordenación del tráfico en la zona para que nadie padeciera las consecuencias.

Hubo momentos de tensión cuando algunos vecinos acusaron a los gobernantes de querer «enfrentar» a la ciudadanía con ese tipo de reuniones.