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Dos años de prisión por la muerte de un hombre en un ascensor mal instalado

Los empresarios deberán indemnizar también a la familia de la víctima, que era de Bellreguard

El juzgado de lo penal número 1 de Gandia ha condenado a los propietarios de dos empresas, una de Almoines y otra de Dénia, a dos años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave por la muerte de un vecino de Bellreguard que sufrió un accidente en el ascensor de su casa, que fue fabricado e instalado por los acusados. Estos, además, deberán indemnizar a la viuda de la víctima, a sus dos hijos y a los padres.

El juez les considera culpables del siniestro que le causó la muerte a este hombre, que tenía unos 30 años, por una cadena de incorrecciones que arranca en el suministro por parte del fabricante y que termina en la instalación del elevador. Estos errores derivaron en un mal funcionamiento del aparato, que tuvo como consecuencia el fatal accidente.

Los hechos se remontan al 25 de agosto de 2010. Ese día, según la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, el hombre se encontraba en su casa, ubicada en la calle Joan Coromina de Bellreguard. Concretamente estaba con sus dos hijos pequeños en la bohardilla. En un momento dado cogió el ascensor para bajar a una planta inferior pero al subir a la cabina esta se desplomó hasta el suelo desde 12 metros de altura.

Según se desprende de la resolución judicial, la caja del aparato, un elevador hidráulico, había quedado encajada en la parte más alta de la casa, mientras que el pistón, el mecanismo al que iba enganchado la cabina y se encargaba de subirla y bajarla, se había separado quedando en piso inferior.

Aquello provocó que la caja quedará suspendida en el aire, por lo que al descargar el hombre todo su peso en el interior, esta se vino abajo. Cuando llegó al suelo, la cabina rebotó de nuevo hacia arriba, lo que produjo la rotura de los cables de sujeción y una nueva caída al vacío del hombre, que iba en el interior de la cabina.

Varios informes elaborados por la Guardia Civil y los peritos constatan que la separación de la cabina y el pistón se produjo por una incorrecta instalación por parte del empresario de Almoines. Además, esto se une a la falta de medidas de protección como son topes al final de los carriles que habrían detenido la caída.

Por otra parte, el juez también hace responsable al fabricante, de Dénia, y le acusa de comercializar un aparato «con graves deficiencias de diseño», «como es la falta de unión de los elementos citados (pistón y cabina), incorrecto diámetro del pistón, así como la ausencia de seguridad».

Tanto la esposa del fallecido como otros vecinos a quienes también les instaló el ascensor el mismo empresario, declararon que la máquina «sufría problemas desde el primer día» y que el instalador no acudió a revisarlo pese a las reiteradas llamadas por su parte.

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