Bicicletas sin frenos, desvencijadas y con elementos rotos. Bases que no permiten sacar o dejar los vehículos de dos ruedas o en las que no hay ninguna bici disponible para los usuarios. Son solo algunas de las deficiencias que están sacando de quicio a los usuarios de Saforbici, el sistema público de alquiler de bicicletas del Ayuntamiento de Gandia, que sigue sin dar un servicio todo lo eficiente que sería deseable.
Lo reconoce incluso el Gobierno local de Gandia, cuyo concejal responsable de Saforbici, Xavier Ródenas, ha anunciado a Levante-EMV que esa «precariedad» en el servicio le ha llevado a suspender durante un periodo de tres meses la tarifa para los usuarios. Es decir, aquellas personas que dispongan de la tarjeta de Saforbici verán prolongada su validez por tres meses, periodo en el que, según se estima, el servicio seguirá siendo deficiente.
Contrato finalizado el 30 de abril
Ródenas indicó que el ayuntamiento ha decidido mantener abierto Saforbici pese a que el contrato finalizó el pasado 30 de abril y que la semana que viene saldrá a exposición pública el nuevo proyecto de gestión para subastarlo entre las empresas interesadas.
Lo más importante para el usuario es que el ayuntamiento obligará a la nueva concesionaria a renovar la flota de bicicletas y a cambiar las actuales bases múltiples por otras individuales que, como se ha comprobado en otras ciudades, dan un mejor resultado.
En el ámbito económico, Saforbici le cuesta actualmente unos 5.000 euros mensuales al ayuntamiento, pero el pliego de condiciones para la subasta pública obliga a la futura empresa a financiarse exclusivamente con la publicidad que pueda colocar en los mupis y otros espacios públicos municipales. El ayuntamiento ya no pagará ni un euro.
Xavier Ródenas estima que la adjudicación del servicio de Saforbici, que será de dos años prorrogables otros dos, habrá finalizado en algo más de dos meses, y anunció que hay al menos dos empresas interesadas, entre ellas la que gestiona actualmente la red de bicicletas públicas de alquiler.
