Ròtova pretende dar a conocer, potenciar e impulsar su Villa Romana, las pinturas rupestres de la Penya Roja, la Cova de les Rates Penades, con restos artísticos y sedimentación del Paleolítico Superior y del Neolítico, la Cova del Barranc Blanc y sus restos antropológicos del Neandertal y Cromañon y el Castell Borró, asentado sobre un poblado ibérico, con el objetivo de convertir todo el conjunto en una oferta de turismo cultural.
Este acervo arqueológico «forma parte de un núcleo central de un proyecto de protección de necesidad inmediata y de puesta en valor de cara a un turismo cultural de calidad, teniendo en cuenta la cercana ubicación del monasterio de Sant Jeroni de Cotalba, de gran valor patrimonial, que podría ser el centro de acogida y de las actividades culturales y científicas que se pudieran desarrollar», destaca José Aparicio Pérez, director de la Sección de Arqueología y Prehistoria (SEAP) de la Real Academia de Cultura Valenciana.
La SEAP y el alcalde de Ròtova, Toni García, han acordado elaborar un proyecto para el impulso y la protección de los yacimientos arqueológicos, resaltando el gran interés turístico que ofrecen.
La primera actuación a realizar será en los restos de la Villa Romana ubicada en el polígono industrial de les Mases, comenzada a excavar por la SEAP bajo la dirección de Cisneros Fraile, para convertirla en «un jardín arqueológico visitable».
Después se actuará en Penya Roja, que concentra el mayor valor patrimonial con sus restos de pinturas rupestres levantinas y de grabados prehistóricos catalogados como Patrimonio de la Humanidad, además de la abundante acumulación de restos arqueológicos fruto de la continuada presencia humana desde el Paleolítico Inferior, según explica Aparicio Pérez.
