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Giro copernicano a la economía municipal

Giro copernicano a la economía municipal

A punto de cumplirse un año desde que el nuevo gobierno municipal rige los destinos de Gandia, la evidente mejora de la situación económica de nuestra ciudad es algo más que una opinión subjetiva. Desde la situación de enfermo terminal con la que el PP dejó las arcas municipales en la anterior legislatura al momento actual, el cambio ha sido tan radical y profundo que la inmensa mayoría del tejido social y empresarial de nuestra ciudad reconoce el esfuerzo que se está realizando y las acertadas medidas que se están implementando.

Por hacer un símil sanitario, el enfermo estaba en la UCI en situación crítica y ahora ha sido trasladado a planta, aunque el nivel de toxicidad económica ocasionada por el anterior gobierno popular ha sido tan elevado que Gandia tendrá que someterse a una cura intensiva durante un largo periodo de tiempo. Porque hemos asumido la actitud responsable de tomar decisiones que, aunque sabemos que no son populares, son las correctas para sacar Gandia adelante.

Los últimos datos publicados por el Ministerio de Hacienda indican con absoluta nitidez que Gandia ha sido la séptima ciudad de todo el estado que más se endeudó en la última legislatura ¡con un incremento de 136 millones de euros en sólo cuatro años! La constatación numérica a través de las frías cifras de Montoro no hacen más que ratificar mis denuncias anunciadas y publicadas a través de distintos artículos de opinión en este mismo diario (agosto y septiembre de 2014) acerca del colapso financiero al que nos abocaba el PP. Los números no se discuten, simplemente se comprueban y ante la evidencia del desastre económico que emergía del final de legislatura popular el anterior gobierno practicó la política de la fascinación con proyectos que sólo existían en forma de caras infografías sin ninguna base económica ni viabilidad financiera. Sólo los necios pueden pensar que rotularse de marrón la cabeza sirve para ocultar su calvicie.

Ante la magnitud de la tragedia que se encontró el actual gobierno, las medidas que ha tenido que arbitrar han sido claras y precisas para atajar el desbarajuste absoluto de las cuentas municipales que se encontró, especialmente en dos frentes:

1.- Deuda bancaria. Durante cuatro años, la irresponsabilidad de los anteriores gestores municipales ha conducido a que las palabras Gandia e insolvencia sean conceptos equivalentes. La corporación popular se echó al monte y todos sus concejales pensaron que no pagar a bancos no tendría consecuencias. Los intereses de demora, las sentencias judiciales desfavorables y las costas derivadas de las mismas fue el primer gran reto a resolver. Como consecuencia de la aprobación del plan de ajuste y la adhesión al Fondo de Ordenación, el actual gobierno ha conseguido normalizar la situación con las entidades financieras tras las duras negociaciones realizadas. Volver a la legalidad ha sido posible gracias a la seriedad transmitida a los bancos y el fruto de esa gestión ha sido la condonación de casi 23 millones de euros de intereses vencidos y no pagados, una rebaja del ochenta por cien de los intereses a pagar a partir de ahora y un periodo más amplio de tiempo para devolver el principal de la deuda pendiente. La peregrina excusa del anterior responsable de la hacienda municipal de que los préstamos no eran suyos, y por tanto no tenía que pagarlos, es tan frívola como insustancial porque cuando uno hereda se hace cargo tanto de los bienes como de las deudas y si no le gusta, que renuncie a la herencia y no se postule para gobernar.

2.- Deuda comercial. El segundo gran reto a abordar era la enorme deuda comercial que tenía pendiente de pago el ayuntamiento. Esa deuda es especialmente dolorosa para el tejido económico de nuestra ciudad ya que la tipología empresarial más común es el de PYMES que necesitan imperiosamente liquidez para hacer frente a sus obligaciones frente a trabajadores, impuestos de todo tipo y proveedores. Podemos estar muy orgullosos en el actual gobierno de haber rebajado a la mitad esa deuda que ahogaba a nuestros acreedores en sólo diez meses, aunque somos conscientes de que todavía queda mucho trabajo por hacer. Próximamente se volverá a regularizar gran parte de las cantidades pendientes y acercarnos un poco más al objetivo de pago legal de treinta días y cumplir así unas de nuestras promesas electorales más difíciles pero más efectiva. Nuestras empresas se lo merecen y es la forma más eficiente de generar economía para Gandia. Hay ocasiones en que uno se reconforta con las consecuencias de las decisiones que se toman y sin duda haber liquidado la deuda pendiente hasta 2015 al noventa y tres por ciento de los proveedores es un hito que hacía muchos años no se recordaba.

Hay muchas otras cuestiones que se han mejorado en nuestra ciudad como la transparencia en la publicación a través de la web de todas las facturas pagadas, el cambio de talante en las formas con que la institución municipal se comunica con los ciudadanos, las decisiones participativas que se están abordando desde el departamento correspondiente, el mantenimiento de servicios básicos y seguridad ciudadana con los habituales estándares de calidad o el apoyo total a acciones empresariales como la vigente Fira del Motor. Gandia ha mejorado muchísimo en menos de un año con formas prudentes y con escasa fanfarria mediática. Se están poniendo las bases para que nuestra ciudad vuelva a tener una esperanza razonable de futuro económico. No verlo es una estupidez, aunque, como afirmaba Einstein «hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana, y del Universo no estoy muy seguro».

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