La semana pasada el operario de una máquina que trabajaba en la limpieza de la zona verde situada en la plaza de la Vila, justo al lado del Ayuntamiento de Gandia se vio sorprendido al notar que el suelo se hundía a sus pies. Al observar el lugar del incidente, detectó un considerable socavón.
Primero se pensó en que el problema se había generado por el arrastre de tierra del subsuelo, pero en el día de ayer se abrieron nuevas hipótesis para explicar la presencia el agujero, que ha quedado a los pies de la base de la escultura realizada por el artista valenciano Andreu Alfaro.
En primer lugar, existe una obra de fábrica que justifica ese socavón, en el que ayer se observaba perfectamente que cabía una persona entera puesta de pie. Los arqueólogos se han interesado por este hallazgo y en estos momentos son varias las hipótesis que están abiertas.
Entre ellas no se descarta la posibilidad de que el agujero sea parte de un acceso a un refugio de la guerra civil en el que se habrían protegido los ciudadanos que vivían en el centro histórico de la ciudad, e incluso las autoridades locales durante aquellos terribles bombardeos.
En segundo lugar, tampoco se descarta que el socavón responda a algún sótano de las viviendas que ocupaban este mismo espacio hasta mediados del siglo pasado.
Los operarios municipales han procedido ahora a acotar el espacio, y se sigue excavando para determinar si el hueco es aún más grande o si ya no hay más.
Con el derribo de las viviendas de la actual plaza de la Vila el ayuntamiento procedió a reurbanizar y convertir la explanada en un jardín. Tampoco resulta extraño que exista gran cantidad de restos arqueológicos en una zona que constituye el centro de la ciudad de Gandia desde su mismo origen, dado que además de lindar con el ayuntamiento, se encuentra a solo unos metros de la Colegiata y del complejo del hospital de Sant Marc, así como muy cerca de la muralla medieval que cerraba la antigua Gandia por el cauce del río Serpis.
