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OPINIÓN José Miguel Borja

La orquesta Montecarlo

La orquesta Montecarlo

Muchos de ustedes habrán bailado, más de una vez, con la música de la Orquesta Montecarlo y, es posible que algunos todavía recuerden lo que sucedió con su pareja después de? «Bailar pegados abrazándonos los dos, acariciándonos, sintiéndonos la piel?», como dice Sergio Dalma.

Pero no voy a hablar sobre las propiedades lúdicas, amorosas y terapéuticas del baile, sino de la mítica Orquesta Montecarlo que, en 1981, vino al mundo de la mano de Álvaro Ballester, Jaime Costa, Jaume Faus y los hermanos Javier y Vicente Signes. Estos jóvenes, locos por la música, llenos de fusas, semifusas y corcheas, tuvieron su primer bautismo de multitudes en las fallas de Xàtiva. Y con su primer representante, Manolo Silvestre, comenzaron su particular andadura musical por salas de fiestas, calles, plazas y hasta campos de fútbol, llevando el nombre de la Orquesta Montecarlo. Al principio, sus grandes éxitos fueron en las fiestas patronales de los pueblos donde, en las plazas mayores, el baile más o menos agarrado, era la diversión preferida para intentar ligar. Y me pregunto cuántas escenas de amor y desamor verían estos jóvenes músicos desde su improvisado escenario.

Músicos, instrumentos y equipos, como sardinas en lata, salieron por primera vez de tierras valencianas y viajaron hasta Galicia en una furgoneta rotulada con el nombre de Ultramarinos Clarita. Hoy las cosas han cambiado y necesitan un tráiler de más de 18 metros.

En 1985, un músico de rock y heavy, Vicente Tavallo, con una voz extraordinaria heredada de su madre, se incorporó al grupo logrando así la fusión de lo clásico y el rock que en poco tiempo revolucionó el estilo de la música valenciana.

En la Orquesta Montecarlo entraron y salieron muchos músicos y, con el paso del tiempo, la vocación y el esfuerzo de todos lograron profesionalizarse cada vez más. Comenzaron a grabar discos. Se les abrieron las puertas de las televisiones y, poco a poco, su fama llegó a todos los rincones del país con Arozamena y el programa de María Teresa Campos.

Actuaron en el último programa de Fem Tele y, poco tiempo después, se incorporó a la Orquesta Montecarlo el cantante Eduardo Forés. A partir de 2005, tras la muerte de Vicente Tavallo, sus sobrinos, Pepe y Joaquín, y su hermano José se hicieron cargo de la dirección, producción y management de la Orquesta, convirtiendo la empresa Montecarlo en un referente de la mejor música donde también se agrupan otras orquestas como Euforia, Syberia, Screan y Twistel.

Me quedan en el tintero muchas anécdotas y nombres que, durante 35 años, ha vivido la Orquesta Montecarlo. Su historia bien merecería un libro. y nadie mejor para escribirlo que Ignasi Mora porque conoce muy bien a Pepe Tavallo, que comenzó su andadura vital hace medio siglo en la tienda de tejidos que el padre de Ignasi tenía en la calle Mayor.

Como los viejos rockeros nunca mueren y con el paso del tiempo se vuelven románticos, tres de los fundadores de la mítica Orquesta Montecarlo, Álvaro Ballester y los hermanos Javier y Vicente Signes, siguen enamorados música con su Romántica Blues Band. Y el próximo jueves, 2 de junio, actuarán en la Casa de la Marquesa. No se lo pierdan. Les aseguro que lo pasarán bien recordando momentos felices, porque la música es la voluptuosidad de la imaginación.

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