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El recorte de ayudas a entidades de Gandia genera los primeros roces

La disminución de la aportación municipal obliga a Asociación de Párkinson a cambiar de sede, que cuesta 1.800 euros al mes - El ayuntamiento reduce el convenio de 30.000 a 22.000 euros

El recorte de ayudas a entidades de Gandia genera los primeros roces

Las asociaciones de todo tipo registradas en Gandia que reciben fondos del ayuntamiento en forma de subvenciones o por convenios de colaboración, ya saben que desde este año verán reducida la cantidad que les llega del erario público. El motivo no es otro que el recorte que ha llevado a cabo el nuevo Gobierno local para reducir los gastos y cumplir el Plan de Ajuste Económico que tiene pactado con el Ministerio de Hacienda.

Aunque la mayoría de las entidades expresan comprensión hacia esa decisión de reducir los gastos, en algunos casos la menor aportación de dinero municipal les supone un enorme trastorno, e incluso la imposibilidad de poder seguir realizando sus actividades.

Es el caso de la Asociación de Párkinson Gandia-Safor, que reúne a un centenar de afectados por esta enfermedad en la comarca y que, como tantas otras, cubre buena parte de su presupuesto de un convenio firmado con el Ayuntamiento de Gandia.

Si el año pasado la Asociación de Párkinson percibió 30.000 euros, para este 2016 se le ha comunicado que serán algo más de 22.000 y, consecuencia de ello, sus representantes se han visto obligados a abandonar su sede social, donde realizan la mayoría de sus actividades, y buscar otra con un alquiler más barato.

En este momento la entidad que preside Carmen Escrivà ocupa una gran planta baja de la calle Gregori Maians, junto al parque de Sant Pere, que le cuesta 1.800 euros al mes. Desde hace meses, a sabiendas del recorte anunciado desde el ayuntamiento, la asociación busca otros locales, y encontró uno en la misma calle que vendría a costar alrededor de 500 euros al mes, una tercera parte del actual.

Siete mil euros de inversión

El problema, y así se lo ha planteado la presidenta a representantes del ayuntamiento, es que necesitarían unos siete mil euros para adaptar la planta baja a las necesidades del colectivo y situar todos los elementos necesarios para la función que realizan. El ayuntamiento, sin embargo, ha transmitido que, de momento, no existe posibilidad de incrementar su aportación porque el recorte va a ser para todas las asociaciones.

Ante la situación creada, Carmen Escrivà y otras responsables de la Asociación de Párkinson reconocían ayer, en declaraciones a este periódico, que no saben qué camino tomar, pero se plantean solicitar ayudas a empresas y particulares para poder cumplir con el objetivo de reformar la planta baja que necesitan y así poder ahorrarse los más de mil euros al mes respecto a la actual sede. Según señalan, muchos de los asociados no podrían soportar un incremento de la cuota y se darían de baja, algo que quieren evitar a toda costa.

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