Mis amigas de Potries, Adela Peiró y su hija Adriana, mujeres extraordinarias y generosas (gracias por las deliciosas mermeladas), tenían una vecina que todas las noches, cuando se sentaba a cenar frente al televisor a la hora de las noticias, le preguntaba al locutor: „¿Vols sopar?

Era una mujer educada y de mucho sentido común, porque la tarde en que Adela le explicó que aquella noche iba a llegar el primer hombre a la luna, la mujer miró al cielo y le contestó: „Aviats van, hui que no hi ha lluna!

Afortunadamente he superado a la vecina de Adela, gracias a mi hijo Josemi, que me solventa los problemas de la tableta, a Consuelo, que mecanografía lo que escribo a vuelapluma, y a Rebeca, que envuelve en la red social de facebook mis artículos. Pero yo pensaba que esto del facebook era un divertimento entre personas vivas, hasta que la semana pasada recibí una solicitud de amistad de un tal Francesc de Borja. Pensé que se trataba de alguno de los muchos individuos que se llaman Francesc de Borja, como ese señor desconocido que da nombre al hospital de Gandia. Pero, cuando amplié la foto y vi su estatua sobre el fondo del Palacio Ducal, me di cuenta de que no era un ser vivo, sino el espíritu de mi querido tío Francisco, el Santo Duque de Gandia. Me sorprendió que le hubieran etiquetado simplemente como Francesc, ya que muy poca gente le llamaba así porque, tanto en su casa, donde sólo se hablaba portugués y castellano, como en la corte del emperador Carlos y en la Compañía de Jesús, todos le llamaban Francisco. Pero que conste que cada uno es libre de llamarle como quiera, incluso Paco, Pancho, Kiko, Curro, Txiki, Quiquet o Francis, como la famosa mula.

He visto que en su página de amigos le acompañan una larga relación de nobles caballeros, honrados menestrales, respetables siervos de la gleba y, sobre todo, gentiles damas de singular encanto entre las que destaca una joven con bikini azul, vista de espaldas, que dice llamarse Ana Maldim, a la que imagino escapada del cuadro de Botticelli El Nacimiento de Venus.

Dado que lo material y lo espiritual se mezclan en todas las actividades de la vida, sugiero a la Federación de Empresarios de la Safor estudiar las posibilidades comerciales de todo tipo que encierra el nombre de Borja-Borgia, unos personajes famosos conocidos mundialmente en escenarios tan dispares como el religioso, el político y el cultural, teatro, novela, cine, ópera?

La idea sería convertir el Palacio en un gran centro borgiano de referencia donde se ubicaría el Museo e Instituto de Estudios Borgianos, con las copias del Archivo Vaticano sobre los papas Borgia. Se construiría un singular parador de turismo, desde el que se organizaría semanalmente «La Ruta Valenciana de Los Borja» (Gandia, Xàtiva, Valencia). También, cada año, se realizaría una convención de las personas de todo el mundo con el apellido Borja o Borgia. Otra actividad sería la explotación comercial de una serie de artículos de lujo, moda, perfumería, joyería? especialmente diseñados con motivos borgianos y amparados con la marca Borja-Borgia,

Todas estas actividades culturales, lúdicas, comerciales y turísticas, y otras que podrían pensarse en colaboración con I+D, serían un aliciente cultural y sobre todo un gran impacto para la economía de la ciudad.