Menor producción que el año pasado pero mejores precios. Ese es el balance que hacen desde la Unió de Llauradors de la temporada citrícola que acaba de finalizar. Es, a la postre, un resultado «positivo», que, según apuntan, ha venido marcado por la «purga» que se produjo en mayo de 2015.
Eso significa, según indicó Alberto Roig, delegado de la Unió en Gandia, que se produjo una caída masiva pero beneficiosa de la fruta más pequeña, quedando en los árboles la de mayor tamaño, algo que ha beneficiado al agricultor. «Más quilos a mayor precio». Ese es el resumen que hace el experto de lo que ha caracterizado a la temporada. «La producción se ha reducido a la mitad debido a las condiciones climáticas del año pasado y eso ha provocado que se disparen los precios», apuntaba Roig.
De media, por las distintas variedades, se ha pagado a lo largo de la temporada que empezó el pasado mes de octubre, unos 4 euros. Según Roig, la Valencia Late ha sido la que a mayor precio se ha vendido, ya que ha llegado a los cinco euros. Son cifras, en todo caso, que hacía años que no se veían en el sector. Estas, además, han ido incrementándose según llegaba el final de la temporada, como explicaba Roig.
En temporadas anteriores, el agricultor ha cobrado entre 2,40 y tres euros por cada arroba, es decir, casi la mitad del precio al que se ha venido el género este año.
Estas cifras suponen un alivio para un sector que en los últimos años se ha visto afectado de forma negativa por infinidad de factores.
A los bajos precios se le han unido los incesables robos en infraestructuras agrícolas pero, sobre todo, del propio género, la precarización de los trabajadores del campo, que se ha traducido, en ocasiones, en contratos casi insultantes, en la feroz competencia que llega de otros países o el impago por parte de comercios que se comprometen a comprar la fruta, la recogen y después no abonan lo acordado.
En algunos de estos aspectos, sin embargo, también ha resultado una temporada ligeramente más positiva. Se refiere Alberto Roig a la cuestión laboral. «Ya no hay tanta contratación a través de ETT y las empresas ya han empezado a contratar personal de forma directa», apuntaba.
Pese a todo, los agricultores nunca están cien por cien tranquilos. En estos momentos, de hecho, la preocupación de estriba en la sequía. Según Roig, el nivel freático de los pozos está entre el 5% y el 8% y, pese a que cree que «no se va a tener que restringir el riego, "la situación no es buena", aclara el experto.
Roig apunta que a estas alturas ya resulta complicado que se registren periodos de lluvia pero espera que al menos «no se produzca granizo» porque eso sí que sería fatal para la próxima temporada.
Desde la Unió de Llauradors, a través de su representante en Gandia, insisten en la necesidad de que se planifique de forma correcta la lucha contra la mosca de la fruta. Roig reconoce que hasta ahora se está «trabajando bien» ese aspecto y eso hace, que no haya habido incidencia. Pese a ello, «no tenemos que relajarnos porque este tratamiento es muy importante, tanto para la naranja como para el caqui».
Alberto Roig ha pedido al Consell Agrari Local presidido Xavi Ròdenas «más información» a los agricultores sobre esta plaga y, sobre todo, de su tratamiento. «Es necesario que la gente conozca cómo se hace y cuándo se aplica el producto contra, así como la forma de distribución del mismo», indicaba ayer el representante de la Unió de Llauradors.
