Salvador Llopis y Rosa Pous, concejales del PP en Oliva, protagonizaron ayer una insólita y significativa acción de protesta para denunciar la falta de medios materiales a la que, en su opinión, les somete el Gobierno local, impidiéndoles que los populares puedan ejercer su labor de fiscalizar la gestión de los cuatro grupos que dirigen la Administración local, Compromís, Projecte Oliva, Gent d'Oliva y EU-Acord Ciutadà.
Llopis y Pous, que tenían el respaldo del resto de concejales del PP para llevar a cabo esa protesta, acudieron al registro municipal y «devolvieron» la impresora-fotocopiadora que tienen asignada en su despacho, que en toda la legislatura no ha funcionado bien, según explica Llopis en un escrito dirigido al alcalde de la ciudad, David González, que también fue registrado para que le llegue a la primera autoridad local.
«Desde hace meses pedimos una impresora y fotocopiadora para poder hacer nuestro trabajo», señala el concejal del PP, que relata cómo tienen que buscar a concejales del Gobierno para que les hagan el favor de entregarles una documentación a la que tienen derecho.
El texto dirigido al alcalde señala que la impresora «nunca ha funcionado correctamente», y Llopis usa la ironía para solicitar que el ayuntamiento les dote «de una impresora de segunda o tercera mano» pero que, «como mínimo, funcione».
Llopis señaló, en declaraciones a este periódico, que «el Gobierno cuatripartito parece que lo que quiere es hacernos desaparecer al PP y al PSOE», y añadió que hace unos días también se estropeó el ordenador de su despacho, sin que hasta el momento haya sido reparado.
