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Oliva

Esta urbanización no existe

El Ayuntamiento de Oliva «anula» el sector Canyaes-1 porque la aprobación del plan no se publicó - El consistorio ya ha suspendido las licencias de obra Los técnicos detectan usurpación de suelo

Esta urbanización no existe

Si no era suficiente con el desastre de la urbanización Aigua Blanca IV, paralizada desde hace años y en vías de solución, o con la sentencia que obliga a desmantelar la depuradora construida ilegalmente en Rabdells, ahora al Ayuntamiento de Oliva le ha surgido otro problema gordo en materia de urbanismo, y también heredado de una mala gestión o de los errores cometidos en años precedentes, aquellos en que reinaba el boom de la construcción.

Un informe de la Conselleria de Territorio acaba de obligar al consistorio a «anular» la urbanización Canyaes-1, que ya está ejecutada, porque, entre otros «errores» cometidos en la tramitación, el resumen final de la aprobación del plan no fue publicado en los boletines oficiales, como establece la ley para que cualquier persona pueda presentar alegaciones o solicitar cambios.

Este nuevo fiasco ha tenido, como primera consecuencia, la inmediata suspensión del otorgamiento de licencias de obra en esta zona que abarca una superficie de 62.000 metros cuadrados situados en la misma entrada de la playa olivense, desde la avenida de Francisco Brines hacia el sur, y que incluye el vial Demetrio Pi, que conectará con los sectores de Aigua Blanca.

A raíz de la denuncia de una familia propietaria, el pasado mes de diciembre el ayuntamiento detectó errores y desfases en las superficies de Canyaes-1 y remitió una consulta al servicio de Régimen Jurídico de la Conselleria de Territorio, organismo que ha concluido en la necesidad de iniciar un nuevo trámite administrativo para este sector.

«Al no haberse efectuado la preceptiva publicación del Plan Parcial, la consecuencia es la nulidad sobrevenida de todos los actos de desarrollo de la urbanización» indica la Generalitat. El alcalde, David González, que también es el responsable de Urbanismo, señaló a este periódico que ese es el camino a seguir y, por lo tanto, se iniciará un nueva tramitación del proyecto de urbanización y de reparcelación para que Canyaes-1 sea «legal».

Desfase de superficies

En los tiempos de la vorágine urbanística, los trámites para llevar a cabo este sector urbanístico arrancaron en 2001, pero no fue hasta 2004 cuando el pleno dio el visto bueno a la propuesta que hizo la entonces concejala de Urbanismo, Amparo Tercero. Las obras de ejecución costaron 2,4 millones de euros.

Ya con todo acabado, los servicios técnicos detectaron los «defectos» que obligan, en primer lugar, a paralizar las licencias de obra y, después, a subsanar esa situación, con la complejidad de que se trata de una urbanización materialmente terminada.

Además de publicar el Plan Parcial de Canyaes-1 en los boletines oficiales correspondientes, el ayuntamiento, por indicación de los servicios jurídicos de Territorio, también deberá reparcelar nuevamente la zona porque se ha detectado que una superficie de 408 metros cuadrados de vial peatonal ha sido «adjudicada» a una parcela privada. Así, la Generalitat señala que el consistorio debe actuar, de oficio, para evitar lo que considera una «usurpación» del dominio público.

Y, aprovechando esos cambios, también se tendrá en cuenta la corrección del «desfase» detectado entre la superficie total de solares que figura en el proyecto técnico de Canyaes-1 y la que ha resultado finalmente sobre el terreno. No se descarta, por lo tanto, que pueda haber algunas modificaciones en los solares ya existentes.

Según señaló David González, una de las claves para resolver este grave problema es si los actos que el ayuntamiento debe acometer para corregir los errores o la mala praxis cometida por los responsables del departamento de Urbanismo en aquellos años es si acabarán desembocando en modificaciones que afecten a los derechos de personas, especialmente los propietarios de suelo, lo que podría acabar en reclamaciones o petición de indemnizaciones.

«Estas gestiones llevan a un gran esfuerzo en recursos materiales y humanos», concluye González, quien añade que, en este caso junto al concejal de Planeamiento, Blai Peiró, es consciente de que, entre sus prioridades, «está la de resolver los problemas estructurales de la ciudad».

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