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Los vecinos de la Playa Can critican que el nuevo espacio no fuera consensuado

Los vecinos de los edificios más próximos al punto donde el Ayuntamiento de Gandia ha decidido instalar la Playa Can, la zona de litoral dedicada a perros, lamentan que el Gobierno local eligiera el nuevo espacio sin contar con ellos. «El concejal, Xavi Ròdenas, no nos dijo nada en la última Junta de Distrito», apuntaban ayer los administradores de estas fincas en representación de los propietarios.

Insisten en que la presencia de este espacio va a resultar una molestia para estos vecinos. El primer motivo que esgrimen es el intenso tráfico que se puede generar en la calle Ribera Baixa. Se trata de una vía sin salida en la que los coches dan la vuelta para aparcar y salir «y se puede generar un caos».

Por otra parte, temen que la presencia de los animales en la zona afecte a la limpieza del entorno de sus edificios, «porque de tres que recogen los excrementos de sus perros hay siete que no lo hacen», apuntan los administradores de las distintas comunidades afectadas.

Respecto a otras cuestiones, creen que «la mejor ubicación era donde estaba antes, porque se encontraba a un kilómetro de la playa urbana». Además, consideran que colocarlo junto al kitesurf supone «un error», puesto que «esta actividad necesita mucho trozo de playa para desarrollarse», por lo que,a su juicio, acabará invadiendo el espacio de la Playa Can.

Tampoco les convence la excusa de la protección de l'Auir porque «esta zona también es Auir y si la Playa Can afecta al chorlitejo allí también puede hacerlo aquí», sentencian.

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