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La venta de viviendas en la Safor vive su mejor arranque del año desde 2009

El primer trimestre supera las cifras del mismo periodo de hace siete años y aventura un buen 2016

Viviendas de Gandia en un edificio de la plaza de Crist Rei. natxo francés

El 2009 fue el año que marcó la frontera entre el boom y la crisis del sector inmobiliario en España. Fue la fecha en que se trazó la línea que separaba aquellos tiempos donde las ventas de pisos y casas se contaba por miles cada trimestre, en la que proliferaron empresas entorno a este sector de forma espectacular, de una época en la que toda la estructura que sustentaba aquel modelo de negocio, que llegó a convertirse en una burbuja cuyas cifras en euros no paraban de crecer hasta niveles insostenibles, se sumió en una profunda crisis que parecía no tener fondo.

Ahora, tras unos años de incertidumbre, el 2016 lleva camino de trazar la línea de la recuperación, como desde hace meses aventuran algunas agencias inmobiliarias y empresas que ya vuelven a invertir en el ladrillo.

Según datos dados a conocer por el Ministerio de Fomento, que controla las transacciones inmobiliarias en toda España, el primer trimestre de este año ha seguido la corriente ascendente de finales de 2015 y, en la comarca de la Safor, se ha convertido en el mejor inicio de año para el sector justamente desde el 2009, cuando todo se vino abajo.

En el periodo que va de enero a marzo de este 2016, los últimos datos conocidos, en los 31 municipios de la comarca se han llevado a cabo un total de 579 operaciones de compraventa. El dato es incluso mejor que el del mismo periodo del 2009, año que se utiliza de referencia en tanto que no fueron tan malos como los siguientes. Entonces se cerraron 518 compraventas.

Es más, la cifra del primer trimestre de 2016 está entre las cinco más altas de los ocho últimos años. El año pasado, en este mimos trimestre se vendieron 140 pisos y casas menos que este.

Los datos reales, por tanto, avalan las declaraciones de recuperación, una situación que coincide con la mejor predisposición de los bancos a abrir el grifo del crédito a las familias que optan por adquirir la vivienda.

Los expertos coinciden en que este cambio de tendencia experimentado en los últimos trimestres ha sido propiciada, en gran parte, por las propias entidades bancarias, que se han visto en la obligación de sacarse de encima el gran número de casas, pisos y propiedades que tienen acumuladas por los miles de desahucios que han tenido lugar en estos años y por las promociones de viviendas que se quedaron atascadas cuando surgió la crisis.

Eso se ha traducido en importantes promociones que han permitido una considerable rebaja en el precio, lo que, como es obvio, también ha animado a las ventas. Además, los compradores han gozado de muchas facilidades de pago si la vivienda adquirida era de un banco.

Auge del mercado de seguda mano

Un dato que también resulta revelador es que más del 90% de las transacciones que se llevan a cabo en los últimos años son de viviendas de segunda mano, dejando en niveles muy residuales las de nueva construcción. El premio, menor en la vivienda usada, impulsa a esa opción.

Por municipios, la capital de la comarca de la Safor, Gandia, se mantuvo durante el primer trimestre del año en niveles parecidos a los periodos anteriores. Entre enero y marzo se cerraron en la ciudad un total de 245 operaciones de compraventa de viviendas cuando a finales del año pasado el número fue de 236.

En Oliva también se ha incrementado el número de pisos y casas vendidos durante el primer trimestre del año respecto al último del anterior. En total fueron 145 las transacciones durante los tres primeros meses de 2016.

En Tavernes de la Valldigna, en cambio, no se ha iniciado el año de forma tan positiva como acabó el anterior. En esta localidad las ventas se han reducido al pasar de 50 entre octubre y diciembre de 2015 a las 35 registradas hasta marzo de este 2016.

La Safor ha sido una de las más azotadas por la crisis del sector inmobiliario durante la crisis. Sobre todo, porque durante muchos años gozó de muy buena salud la compraventa de viviendas, especialmente en las zonas costeras.

El «crack», sin embargo, se mantiene en las promociones. Cientos de miles de metros cuadrados de suelo urbanizable sobre el que se iniciaron trámites para construir siguen abandonados.

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