En la noche electoral del pasado domingo ya se veía venir. Con el triunfo del PP en Gandia, y además la única formación que crece en votos absolutos, sus dirigentes no iban a tarde en pasar de la euforia por el resultado a nivel nacional a las peticiones para «arreglar» la situación del Ayuntamiento de Gandia.
No habían pasado ni doce horas de la eufórica celebración en la nueva sede del partido cuando, en la mañana de ayer, el portavoz del grupo municipal del PP, Víctor Soler, compareció ante los medios de comunicación para, en una más que previsible intervención, apuntar directamente al concejal de C's, Ciro Palmer, y ofrecerse nuevamente para la apertura de negociaciones con la finalidad de acabar con el Gobierno local que sostienen el PSPV-PSOE y la coalición Més Gandia.
Soler apeló a la «mayoría sociológica de centro-derecha» que el voto ha dado en Gandia para señalar que, si por el PP fuera, «mañana mismo», acometerían la moción de censura contra la alcaldesa, Diana Morant. «En algún momento C's tendrá que decidir qué quiere ser de mayor», indicó Soler quien, ante la insistencia de los periodistas de si iba a plantear formalmente la moción de censura al concejal Palmer, se limitó a señalar que se lo diría en el primer momento en que coincidan personalmente.
En cierta medida, la victoria de los populares en Gandia les ha dado alas para seguir presionando a C's, algo que ya vienen haciendo desde hace tiempo.
Pese a eso, al menos a día de ayer, nada hacía suponer que el resultado del voto en la capital de la Safor anime a desbancar al Gobierno de Diana Morant y Lorena Milvaques.
A preguntas de este periódico, Ciro Palmer interpreta que las urnas «nos han pedido que lleguemos a acuerdos», pero, sobre la moción de censura que está permanentemente en boca del PP, el concejal repite estrategia y se quita toda la presión de encima: «si quieren algo, que negocien con la dirección de C's».
Más allá de declaraciones, lo que entre bastidores reconocen en el PP es que la situación política de Gandia podría entrar en las negociaciones políticas a alto nivel, incluso desde las direcciones nacionales, en el caso que Mariano Rajoy busque un acuerdo con Albert Rivera como primer paso para garantizarse el apoyo del Congreso y mantenerse en la presidencia del Gobierno. De ser así, se repetiría la historia, dado que, para el pleno de investidura que convirtió en alcaldesa a Diana Morant, el caso de Gandia también fue tratado hasta en Madrid y, al final, Rivera dio el visto bueno para que Ciro Palmer impidiera que el PP, con Arturo Torró al frente, siguiese en la alcaldía.
