El domingo pasado hubo elecciones generales. ¿Cómo valora el resultado?
Para mí el resultado fue malo porque aleja la esperanza de cambio que muchos teníamos en estas elecciones, la de abandonar un partido político que no debería estar en la Moncloa.
El resultado tiene algún efecto sobre el Gobierno local de Gandia?
No.
Compromís dice que si sigue gobernando el PP es culpa de Pedro Sánchez, y ustedes, los socialistas, dicen que es culpa de Pablo Iglesias.
Me gusta que plantee así la pregunta, porque ojalá Pablo Iglesias tuviese la altura política que tiene Compromís. Entiendo que cuando uno dice que es de izquierda y progresista, tiene que fomentar un pacto con otras fuerzas, como siempre ha ocurrido en el País Valenciano. El PSPV apoyó a Ribó en Valencia y en otras ciudades, y Compromís lo hizo al revés, apoyando a candidatos del PSPV en otros municipios. Me hubiese gustado esa actitud de Pablo Iglesias, pero la marca Podemos, y quiero distinguir aquí a Pablo Iglesias de sus socios territoriales, no sabe qué es la política. Ha confundido el gran objetivo que compartimos las fuerzas de izquierda y progresistas. Hubiese podido respaldar a Pedro Sánchez en la investidura, y ahora veo más lejos esa posibilidad porque la única votación posible será investir de nuevo a Rajoy, y esa responsabilidad la tienen ellos.
Cuando usted va por la calle, ¿qué le dicen los ciudadanos que no son sus seguidores? ¿Qué sensación palpa?
Mi sensación es buena. La verdad es que cuando te alejas un poco de las redes sociales y de los entornos políticos en los que todos sabemos dónde estamos, y donde o te quieren mucho o te odian, notas que la calle no vive esa polarización, es mucho más tranquila. Cuando los ciudadanos se acercan, quieren contarte sus preocupaciones y cuestiones de ciudad, porque entienden que soy su alcaldesa y que tengo que solucionar sus problemas. Cuando voy sola, a la compra, a por el pan, voy con mi libretita y me tomo la molestia de anotarme la inquietud o la queja. Y debo decir que me tratan con la normalidad de encontrarse por la calle con su alcaldesa.
