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Tavernes prohíbe dar de comer a los patos de la Goleta porque causa la suciedad del lago

El Gobierno dice que el humedal está «mas limpio que nunca» gracias a la proliferación de una alga llamada chara en el fondo que consume los nutrientes que ensucian el agua

Tavernes prohíbe dar de comer a los patos de la Goleta porque causa la suciedad del lago

El Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna ha pedido a los vecinos y veraneantes que se abstengan de dar comida a los patos del lago ubicado en la Goleta, una práctica muy extendida sobre todo entre los niños. Además de que el pan, los snacks o la fruta que se lanzan al agua no son buenos para estas especies, se ha detectado que la putrefacción de estos alimentos en el humedal es la causa de que, como ha ocurrido días atrás, se hayan registrado episodios de malos olores.

Desde el Gobierno local de Compromís destacan que no son pocos los esfuerzos que se están realizando para mantener limpio este lago. De hecho, se acaban de invertir un buen puñado de miles de euros en la «naturalización» de este humedal, es decir, que lo que se pretende es que, con el tiempo, acabe siendo sostenible por sí mismo y que se regenere a través de sus propios ciclos naturales.

Pese a ello, en las últimas semanas ha corrido entre la ciudadanía que las aguas están sucias.

El motivo es que a partir de ciertas horas del día la superficie se cubre de una capa que muchos tildan de «borró», lo que ha provocado las tradicionales críticas a la falta de limpieza. Esto se ha unido a unos episodios de malos olores que emanaban de una parte del humedal.

Pues bien, desde el Gobierno local de Compromís apuntan, sin embargo, que el lago está «más limpio que nunca».

Según explican, en los últimos meses ha sido sometido a un proceso de «naturalización». Este proyecto ha incluido la plantación de la «chara spp», un tipo de alga acuática que prolifera en el fondo de los lagos y que, además de servir de comida a muchos animales, oxigena el agua, en tanto que consume los nutrientes alojados en el fondo.

El redactor de este proyecto es el ambientalista José Andrés Sanchis, profesor de la Universitat Politècnica de València, quien, a través de un informe, ha valorado la «mejoría» del estado del humedal. El efecto de estas plantas ha hecho que el agua esté más transparente, algo que permite que penetre la luz del sol y provoca que crezca este tipo de alga.

De hecho, apunta, si el lago estuviera sucio y no dejara pasar los rayos, como ocurría hasta ahora, la chara no se podría desarrollar. «El hecho de que crezca es señal de que el agua está limpia».

Así, la capa de vegetación que los veraneantes observan en la superficie a partir de cierta horas es un efecto de la propia alga, algo «normal» dentro del proceso de naturalización y que, según fuentes municipales, «será siempre así».

El objetivo es que, a la larga, el lago, gracias a las actuaciones que se han llevado a cabo, y para las que se han invertido 90.000 euros, acabe siendo sostenible de forma natural y se autogestione.

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