Miles de vecinos de toda la comarca de la Safor son atendidas cada día en el hospital Francesc de Borja de Gandia. Muchas de ellas acuden en coche u otros medios de transporte pero hay un buen número que tiene llegar hasta el centro a pie y debe hacerlo, además, a través de itinerarios que no son precisamente caminos de rosas y que suponen, incluso, un peligro real para la integridad física en algunos tramos.
El Ayuntamiento de Gandia lo sabe, por ello ha proyectado invertir 100.000 euros del Plan Confianza con el objetivo de mejorar esos accesos. Según el informe que motiva esa propuesta, quienes deciden ir andando desde el casco urbano de Gandia hasta el edificio ubicado en el polígono de Sanxo Llop se encuentran infinidad de deficiencias.
Quien parte desde la avenida de Alacant, por ejemplo, se encuentra con un puente que está en un estado muy precario de urbanización, con las aceras muy estrechas y en muy mal estado. Además no hay elementos de protección entre el tráfico y los espacios destinados a los peatones ni pasos de peatones.
La situación no mejora cuando se llega a la intersección de la calle Vilallonga, es decir, donde se encuentra la gasolinera. En ese punto no hay ningún paso de cebra, por lo que, «teniendo en cuenta la alta intensidad de tráfico, atravesar esta avenida comporta un riesgo elevado», apunta el informe de Urbanismo.
A esto se le suma la peligrosidad de cruzar por el paso que existe delante de la gasolinera. Se trata de un punto que, al ser el acceso a la ciudad, soporta un tráfico muy intenso a todas horas. Aunque está señalizada la zona para peatones en color rojo y balizada, los elementos de separación son claramente insuficientes.
Actuaciones previstas
Ante todas estas evidencias, el escrito concluye que «el conjunto del tramo entre la ciudad y el hospital no reúne las condiciones mínimas de adecuación de la urbanización para peatones».
El consistorio, por tanto, propone actuaciones entre las que pasan, entre otras, por la ampliación de las aceras o de las áreas reservadas para los peatones, instalación de elementos de separación entre el tráfico rodado y los espacios reservados a los transeúntes, construcción de pasos de peatones elevados «en los lugares donde se requiera una seguridad adicional y forzar la reducción de la velocidad», reforzar la señalización de la limitación de la velocidad, adecuar las aceras que estén dañadas o crear itinerario para peatones en el cruce entre la avenida de Alacant y la calle Vilallonga entre otros.
La inversión pretende, además, iluminar mejor algunas zonas que están más oscuras y que causan enorme respeto a los usuarios para utilizarlas cuando cae la noche y la mejora de la accesibilidad para las personas con movilidad reducida.
Este proyecto entra dentro de las modificaciones del Plan Confianza que el Gobierno local quiere presentar al de la Generalitat. Desde el Ayuntamiento de Gandia reconocen que esta actuación no empezará «antes de seis meses».
Es por ello que, de momento, con fondos propios, el consistorio va a actuar en la calle Vilallonga. Esa avenida, que carece de aceras en una las dos partes de la vía, será de sentido único para reducir la intensidad del tráfico. «Lo probaremos durante un tiempo y si funciona bien, que no se produce ningún atasco en la zona, lo aprovecharemos para la futura remodelación», apuntó la concejala de Sanidad, Liduvina Gil. Además, de forma inmediata se va a mejorar la iluminación en ciertos puntos del itinerario y hacer otras pequeñas actuaciones de urgencia hasta que sea aprobado el proyecto integral.
