El hospital Francesc de Borja de Gandia ha conseguido reducir prácticamente a cero la lista de espera de las intervenciones que se realizan en el servicio de Ginecología, de manera que ahora las pacientes son atendidas una vez se disponga de las pruebas necesarias para garantizar el éxito de la intervención.
Según informó ayer la Conselleria de Sanidad, uno de los motivos de esta eliminación de la lista de espera ha sido el impulso que el servicio de Anestesiología ha dado a la Unidad de Cirugía Sin Ingreso (UCSI) con mejora de la calidad asistencial y ampliando el horario de actividad hasta las 10 de la noche cuando en el antiguo hospital se atendía solo hasta las 3 de la tarde.
Ello ha permitido que el servicio de Ginecología y Obstetricia pueda incluir entre las intervenciones a realizar en la UCSI aquellas de bajo riesgo que, por tanto, no precisan de hospitalización, tales como las relacionadas con ligadura de trompas por laparoscopia, incontinencia urinaria o aquellas técnicas de reconstrucción de la zona del periné, también llamadas plastias.
De este modo, las pacientes que acuden al hospital con necesidad de este tipo de operaciones son intervenidas precozmente tras realizárseles las pruebas preoperatorias.
El jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital gandiense, el doctor Josep Vicent Carmona, destacó ayer la mejora que supone esta novedad para la paciente, que de este modo, además de evitar la espera, evita también una noche de ingreso y, en ocasiones incluso dos, porque en el antiguo hospital generalmente se ingresaba la noche anterior a la intervención.
«Ahora, con la ampliación de horario de la UCSI y todas las comodidades que ofrecen las nuevas instalaciones del nuevo hospital, las pacientes pueden permanecer en observación unas horas después de la intervención hasta que el personal médico le dé el alta con todas las garantías de que se puede recuperar en casa», explicaba el doctor Carmona.
Ello además contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario ya que permite un notable ahorro de recursos sanitarios y económicos, reduciendo las camas de ingreso y por tanto, la presión en el área de hospitalización.
