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Miles de regantes de la Safor pagan el doble por el agua ante la peor sequía en décadas

Si no llueve, la Confederación Hidrográfica cerrará las compuertas de Beniarrés en dos semanas y dejará el suministro agrícola a merced de los motores La Comunidad del Serpis eleva el metro cúbico de 18 a 39 céntimos desde el 1 de julio

La severa sequía que se prolonga desde hace más de tres años y que está afectando a la Safor y a comarcas vecinas ya ha generado un incremento de los costes de producción agrícola a consecuencia, fundamentalmente, de tener que pagar más por el agua de riego.

Este episodio de falta de lluvias, que con datos fidedignos figura entre los peores de los últimos treinta años, ha obligado a poner en marcha los pozos de emergencia para suministrar agua a los agricultores, dado los ríos, fundamentalmente el Serpis y el Vernissa, están sin caudal desde hace prácticamente tres años.

Así, la Comunidad de Riegos del río Serpis, que gestiona el aporte de agua a cerca de 30.000 hanegadas de 18 términos municipales, ya se ha visto obligada a duplicar el coste del agua que suministra a los propietarios. Si hasta el pasado 1 de julio el precio que se aplicaba era de 18 céntimos de euro por metro cúbico, a partir de ese mismo día la tarifa se sitúa en 0,39 céntimos.

El motivo de esa subida, que supone un duro golpe para los agricultores, no es otro que la necesidad de pagar la electricidad y poner en marcha los pozos de emergencia que se sitúan en los términos municipales de Beniflà, la Font d'en Carròs y Rafelcofer, dado que el río Serpis ya no da más de sí y el pantano de Beniarrés está en las últimas.

Peor será cuando, en cuestión de dos o tres semanas, se cierren las compuertas del pantano, una medida drástica que no se había dado en muchos años. Beniarrés almacena hoy tres hectómetros cúbicos, pero al actual ritmo de desembalse, que se produce precisamente para regar los campos, se situará en dos hectómetros cúbicos coincidiendo con la llegada del mes de agosto. Entonces la Confederación Hidrográfica del Júcar cerrará compuertas porque más que agua a partir de ahí lo que saldría sería fango.

Aprovechar hasta la última gota

Cuando corten el agua del pantano, en la misma situación de emergencia se encontrará el colectivo de regantes de los Canales Altos, con otras diez mil hanegadas de superficie agrícola afectada, y que, junto a otras comunidades que gestionan motores a lo largo y ancho de la Safor, ya han tenido que recurrir al agua subterránea. Eso incrementa de forma considerable los gastos y también obliga a medidas de ahorro para garantizar el aporte a los campos si no llueve hasta el otoño. Algunos de esos pozos han tenido que reducir horas de extracción y sus gestores han pedido a los socios que recurran al ingenio y eviten pérdidas de agua para aprovechar hasta la última gota.

Para desgracia de una sequía que ya sorprende incluso a los expertos en climatología, la lluvia que cayó el miércoles pasado no sirvió de nada. En la playa de Gandia descargó hasta 20 litros, y en áreas costeras de la Marina Alta, como Dénia o Xàbia, casi 50. En cambio, en el centro de la comarca de la Safor ni siquiera se alcanzaron los 10 litros por metro cuadrado, cantidad que no llega a filtrar al fondo de terreno y que se pierde por evaporación en poco tiempo. Cada día que pasa el nivel freático del que se abastecen los pozos se hunde un poco más.

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