Nueve agentes de la gendarmería francesa, el equivalente de la Guardia Civil en el país vecino, patrullan durante este verano a lo largo de las playas valencianas de forma conjunta con el cuerpo español. Anne Turmel es una de ellas. Esta agente forma parte de una patrulla mixta, que depende del cuartel de Oliva.

Ayer atendió a Levante-EMV desde el puesto que la Guardia Civil tiene en la playa de Miramar. Pese a que es la primera vez que está en la costa valenciana, habla español casi perfectamente porque estudió filología hispánica en Francia y pasó un año de Erasmus en Málaga. «Precisamente eso ha influido para que me destinen aquí durante estos dos meses, ya que se exige un nivel alto de español para poder relacionarse con los colegas», explicaba ella misma.

Esta colaboración se debe a los acuerdos en cooperación internacional de intercambio entre los dos cuerpos, la Guardia Civil y la «Gendarmerie», por el que, además, once agentes españoles estarán estos dos meses en Francia, concretamente en la zona sur «porque es donde más turistas españoles hay durante el verano», explicaba Turmel.

Su objetivo principal es vigilar las playas y otros espacios de las zonas costeras como las urbanizaciones, los mercadillos, los hoteles o campings. En definitiva, indicaba, «prevenir todo tipo de hechos delictivos, trabajamos juntos». Hace unos días, incluso, la requirieron desde el puerto de Valencia, posiblemente porque hacía falta un traductor de francés.

Y es que el hecho de que vengan del país vecino no es casualidad. La costa de la Safor cuenta con un gran número de turistas y residentes de esta nacionalidad. Cuando patrulla por la playa o los mercadillos son muchos los compatriotas que, amablemente, se acercan a saludarla.

Luis, el Guardia Civil compañero de patrulla, que tiene experiencia de compañeros franceses de otros años, narra que entre los turistas de esta nacionalidad hay cierto temor después de sufrir tres atentados terroristas en año y medio. «Cuando ven a una gendarme piensan que ha ocurrido algo y que por eso está aquí. Se acercan y le preguntan», dice.

Turmel dice sentirse «muy a gusto» en España y, sobre todo en la Safor, donde «he sido muy bien acogida por todos los colegas y por la gente de aquí». Respecto a las diferencias con su trabajo habitual en Francia le sorprende que «hay poca delincuencia» en comparación con la región de la que ella procede, en la Bretaña, al noroeste de Francia, concretamente en el departamento de Finisterre.

Dice que la principal diferencia que ha visto respecto a su cuartel es que en el de Oliva «el trabajo se divide en diferentes especialidades y allí todos hacemos de todo». Otro de los aspectos en los que no tienen mucho que ver España con Francia es que «allí se hacen turnos de cuatro horas cuando aquí son de ocho», apunta.

Aprovecha el tiempo libre

Pero no todo es trabajo para esta agente. En sus ratos libres aprovecha para visitar otras zonas de la costa. Por ejemplo, «el pasado fin de semana estuve entre Dénia y Calp. Vi los ´bous a la mar´ y me gustó mucho», indicaba.

Además, en sábado practica deporte con el Club de Córrer el Garbí de Gandia, por lo que está totalmente integrada. «No me aburre», dice.

El único sobresalto importante que ha vivido desde que está aquí ha sido precisamente en su país, con los atentados de Niza. Dijo sentirse «muy afectada», sobre todo porque lo ves desde fuera, que se hace «más difícil porque no puedes compartir el dolor». «Todos los colegas españoles me dieron las condolencias», asegura.