Una profunda melancolía personal y vergonzante decepción sobre el nivel de la política local de Gandia me asisten cada vez que veo la disparatada historia del agua potable de la ciudad desde la renovación de la concesión del servicio de agua potable allá por el mes de diciembre de 2007, poco después de que el voto de los ciudadanos me devolviera a esa profesión de la docencia que tanto amo.

Els Verds de Gandia -y yo particularmente- fuimos muy críticos con aquel juguete financiero que se inventó el Sr. Orengo, con el apoyo del Sr. Mut, del canon anticipado de 55 millones de euros a cuenta de la gestión de todos los años que duraba la nueva concesión, creo recordar que hasta 2032.

Como dijimos entonces y nos temíamos, ningún euro de ese canon, que en definitiva salía de lo que pagamos todos los consumidores de agua potable de Gandia en una tasa, que es un cobro por la gestión de un servicio público que es competencia de los Ayuntamientos, digo que ni un euro de esos 55 millones fue a parar al Plan Director del Agua Potable, que los técnicos del departamento de Medio Ambiente ya tenían preparado cuando en junio de 2007 abandoné mis responsabilidad al frente del departamento y que, en resumen, consistía en cambiar la red de distribución del agua potable, eliminando las tuberías de fibrocemento, muy peligrosas para la salud, la instalación de una completa red de detectores de fugas para mejorar en mucho el rendimiento de la red que, entonces, solo llegaba al 71%, es decir que se perdía, creo que se pierde aún, más del 25% del agua de mucha calidad fruto del proceso de desnitrificación y descalcificación que proyectamos y ejecutamos entre el 2003 y el 2007; la construcción de una doble red, con un ramal secundario para el agua de rechazo de las plantas de tratamiento que, cargada con nitratos, sería una magnífica red de agua para el riego de parques, jardines y zonas verdes; y completar la llegada del agua de calidad a la Playa, que es una zona donde aún no llega el agua sin nitratos de la que nos beneficiamos todo el resto de Gandia.

No. Nada se ha hecho por mejorar la red de distribución del agua potable desde 2007. Ni tan solo aún hemos visto la intención del gobierno municipal de rebajarnos el precio del agua, pues la tasa del servicio se aumentó desde enero de 2005 a razón de 0,12 euros/m3 durante 10 años, para pagar las obras de las plantas desnitrificadoras. Era una tarifa temporal para obras aprobada solo para diez años que finalizó a principios de este año. Así que no me sirve el anunciado acuerdo de la Junta de Gobierno de que no subirán el precio del agua, pues lo que deberían hacer es bajarlo, puesto que las dos plantas desnitrificadoras ya las hemos pagado y están amortizadas.

No sé si las votaciones diferenciadas entre los miembros del gobierno municipal bipartito de la ciudad irán más allá de una discrepancia puntual o abrirán el tema del canon anticipado con luz y taquígrafos, para que toda la ciudadanía de Gandia lo sepa y, si procede, se depuren las responsabilidades que hubiese en estos ocho años de nefasta gestión del agua potable, uno de los servicios esenciales que debe prestar un Ayuntamiento y sepamos en qué se gastaron los 55 millones y se dilucide si unos supuestos sobrebeneficios de una tasa finalista se pueden gastar en otras cosas que no sean la mejora del servicio.

Puse, pusimos Els Verds, tanto empeño en mejorar la calidad del agua de Gandia para toda la ciudadanía, en aquellos años, que nos duele profundamente todo lo que ha ocurrido después y, sobre todo, que durante muchos años será muy difícil abordar unas mejoras necesarias, ahorrar agua y garantizar la salud de las personas que, probablemente a estas alturas, con otra gestión, estarían casi terminadas.

La desnitrificación y desmineralización (por ejemplo de cal) del agua potable de Gandia fue innovadora en España y obliga a la concesionaria a servir un agua potable de mucha calidad, por debajo de 25 mg/litro de agua de nitratos y 2/3 menos de cal.

Els Verds, dentro o fuera del Ayuntamiento, siempre estaremos comprometidos a defender el derecho a un agua de calidad que tienen, tenemos, todos los consumidores y ciudadanos de Gandia.