Agentes de la Policía Local de Gandia dedicados al control contra el ruido y el vandalismo en la playa han impuesto desde el 1 al 26 de este mes de julio un total de 401 multas a otras tantas personas por gritar en la calle a altas horas de la noche.

El dato, facilitado ayer por la concejala de Seguridad, Àngels Pérez, y por el jefe de la Policía Local, Marc Cuesta, supone cuadruplicar las multas que se impusieron en el mismo periodo del año anterior. Cada una de esas sanciones alcanza los 200 euros, aunque son superiores en el caso de personas reincidentes.

Pérez y Cuesta hicieron un balance de las acciones que llevan a cabo alrededor de 50 agentes de la Policía Local que, en diferentes turnos, se dedican a intentar apaciguar las quejas por ruidos y comportamientos incívicos en la calle.

Así, señalaron que en total ha habido 1.133 multas frente a las 750 del año pasado. Por orinar en la vía pública se ha pasado de 23 a 70 y por realizar botellón se llega a 101 denuncia frente a las 93 del año pasado. Las multas por venta ambulante han bajado gracias a la colaboración de la asociación que aglutina a la mayoría de quienes la practican para que actúen dentro de la ley.

«Este dispositivo se coordina tanto con la Comisaría de la Policía Nacional como con la Guardia Civil, cada uno dentro de sus competencias, para complementarse en todas aquellas actuaciones que sea necesario, por lo que la seguridad, tanto de los ciudadanos de Gandia como de todas las personas que nos visitan en verano está garantizada», dijo Pérez.

La concejala reiteró que «vamos a seguir en una línea de presión y control contra estas actitudes incívicas para garantizar una playa donde mejore la convivencia entre aquellas personas que defienden su derecho a descansar y las que buscan diversión y ocio en la ciudad. Pensamos que el equilibrio, aunque parece complicado, es posible y que el camino marcado es el más adecuado para cambiar actitudes y perfiles de los turistas que nos visitan».