Como cronista de Tavernes de la Valldigna que fue, y también como intelectual, Joaquín Verdú Ferrer era un observador de todo lo que ocurría a su alrededor. Estaba interesado en conocer la historia no solo de su municipio, sino a nivel universal.
En la década de los 40 fue recopilando muchas informaciones en una serie de notas manuscritas que, cuando falleció en 1949, quedaron en poder de sus tres hijos: Joaquín, que fue abogado; Rosa, que ejerció de maestra, y Lola, que trabajó en la Sindical. Consciente de la importancia que podían tener aquellos escritos, Joaquín los ordenó, les dio forma y, a máquina de escribir, en un trabajo titánico, creó un libro que ofrece información tan importante como la recaudación que se pagaba entonces, cuándo se instalaron las cruces de la montaña de les Creus y qué costaron, o cuándo se construyó la iglesia.
En él también hay información sobre los primeros pobladores de la Valldigna y las cuevas de les Foietes, Penya del Migdia, Munta-nyeta de Rafel, sobre los poblados árabes, la conquista de Jaume I o la fundación del Monestir de Santa Maria de la Valldigna. De este libro, solo se hicieron dos ejemplares.
Sus nietos Salvador y Rosa Escrihuela quieren que, aprovechando las celebraciones del primer centenario desde que Tavernes fue declarada como ciudad, el ayuntamiento lo edite. Salvador considera «una lástima» que algo así se llegara a perder. La familia mantiene contactos con el consistorio para hacer realidad esa publicación
t. á. c. gandia
