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Un tatuador: «Me parecen bien los controles, pero la normativa valenciana es muy restrictiva»

José Luis Prieto, quien superó la inspección con éxito, aboga por una ley que sea común para todos los países europeos

José Luis Prieto «Avis» tiene su estudio de tatuaje en la avenida de Alacant. Sigue abierto porque cumplía con todo lo establecido. A decir verdad, la inspección solo detectó que debía instalar una rampa para hace accesible su local. Ya la tiene, pero lamenta «que a nosotros nos dieran mucha prisa para solventarlo, lo que provocó que tuviera que cerrar una semana el local para hacer la obra con la pérdida de dinero que ello supone y que aún no haya venido nadie a comprobar que ya está bien», señalaba ayer a este periódico el tatuador.

Este profesional lleva tres años con el estudio abierto y reconoce que «me parece bien» que se hagan los controles porque de ese modo se detecta a los que, al contrario que él, no cumplen con lo que establece el decreto autonómico de 2002.

Pese a ello, lamenta que se trata de una norma «demasiado restrictiva», que, a su entender, «parece que por lo único que se rige es por el dinero de los impuestos».

Se refiere, por ejemplo, al tipo de tintas que les obligan a utilizar. Dice que las homologadas son de peor calidad que «otras, que, además está demostrado que son incluso más higiénicas». Sin embargo, a su entender, el Gobierno solo permite usar aquellas que «pasan por caja», es decir, las que pagan «y no poco -aclara Avis-» por la homologación.

Explica también que depende del territorio e incluso del país, la normativa es más laxa y apunta que la de la Comunitat Valenciana es una de las más restrictivas de España, lo mismo que la de Madrid. «En Inglaterra van 40 años por delante en materia de regulación de la actividad de tatuajes», señalaba. Como solución, este profesional cree que lo mejor para que no se produzcan esas diferencias tan abultadas es que se apruebe una normativa europea «que sea común a todos los países de la Unión».

Asegura que las inspecciones sanitarias le corresponde hacerlas a la Generalitat, y que estas se realizan «cada dos o tres años». En su caso, por ejemplo, «me la hicieron cuando abrí y no han vuelto», apuntaba. Insiste en que los controles favorecen a los que sí que cumplen las normas, como es su caso.

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