Grupos con decenas de chicos y chicas ataviados con disfraces muy provocativos o de llamativos colores, bailando, cantando y bebiendo en la calle. Bromas pesadas, como la de esposar al novio, desnudo, a una farola de primera línea de la playa, charangas tocando los temas del momento por la vía pública a cualquier hora del día, pisos con decenas de inquilinos de fiesta, gritando y molestando al resto de la comunidad. Es la imagen que la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, no quiere para la ciudad.
Por eso, ayer anunció que su Gobierno local va a poner coto a las despedidas de soltero, un tipo de celebraciones que cada fin de semana y durante todo el año inundan la playa de Gandia.
Morant ofreció una rueda de prensa junto a la edil de Seguridad Ciudadana, Àngels Pérez, y al jefe de la Policía Local, Marc Cuesta, en la que hacía balance de actuaciones de seguridad del verano. A preguntas de este periódico, señaló que, su entender, este tipo de actividades «no encajan» en la imagen que como destino turístico quiere que impere en la ciudad a partir de esta legislatura. Y es por ello que, como dijo claramente «hay que abandonarlo».
Morant reveló que en los foros reducidos que mantiene en ayuntamiento con el sector turístico, hay agentes del mismo que ya han mostrado su descontento con la presencia de las despedidas de soltero en la playa. «Tienen esperanza de que se implante un modelo turístico mejor y pretenden evitar fórmulas que desplacen al que nos interesa», indicó.
Para ello, Morant ha centrado el foco en las empresas cuyo modelo de negocio es la organización de despedidas «low cost». Es decir, aquellas que por muy poco dinero preparan todo un fin de semana entero de actividades y fiesta para los grupos de jóvenes que celebran el abandono de la soltería. «No puede haber empresas que se dediquen a traer a Gandia autobuses llenos de jóvenes, cincuenta o sesenta despedidas a la vez». Eso, además de una molestia para los vecinos, supone, según Morant, un problema para los servicios de seguridad de Gandia. «No podemos estar apagando fuegos aquí y allá de forma constante», apuntó.
La alcaldesa tiene claro que esta práctica tiene que desaparecer «de raíz» de la ciudad. Para ello apeló a la voluntad del sector turístico «que ya ha dejado claro que ese modelo no encaja en la marca Gandia».
Si cuenta con el apoyo empresarial, el Ayuntamiento buscará fórmulas para ir «paliando» el número de despedidas de soltero «mediante ordenanzas».
Diana Morant dejó claro que si hay este modelo de las despedidas en la ciudad de Gandia «es porque alguien las ha traído, y es ahí donde debemos actuar para acabar con el problema», porque, remarcó «esta cuestión la hemos diagnosticado como un problema». La máxima autoridad municipal señaló que «no vamos a poner barreras ni fronteras» para que, por ejemplo, un grupo de jóvenes «de forma espontánea» pueda celebrar una despedida, otro asunto son las empresas que hacen negocio con este tipo de actividades masivas en la playa.
