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El Tren de la Costa que quiere la comarca

Los principales municipios de la Safor se suman a la avalancha de alegaciones remitidas a Fomento contra el estudio informativo que ve inviable la conexión ferroviaria entre Valencia y Alicante por el litoral

El Tren de la Costa que quiere la comarca

El Tren de la Costa, cual río Guadiana, ha vuelto a la palestra. La plataforma ferroviaria que uniría Valencia y Alicante por el litoral está de actualidad con motivo de la exposición pública del estudio informativo encargado por el Ministerio de Fomento. Este trabajo, tres años y 700.000 euros después, concluye que ninguna de las cuatro fases es rentable. La tesis ha provocado el estupor no sólo de los municipios afectados sino del propio Consell, por lo que al texto le han llovido centenares de alegaciones que deberá estudiar y resolver el Gobierno central.

El informe de Fomento propone sólo tres paradas para los 120 km desde Gandia hasta Alicante (Oliva, Dénia y Benidorm), frente a las actuales 11 para los 70 km que unen Valencia con Gandia. Además hace una previsión de dos millones de viajeros frente a los cuatro millones que determinó la Conselleria en 2014 y valora con una generosa aportación los terrenos que deberían expropiarse.

En la Safor han remitido alegaciones Bellreguard, Daimús, Gandia, Oliva, Tavernes de la Valldigna, Xeraco y Xeresa. No lo han hecho Palmera y Piles, pese a que también tenían derecho. Lo cierto es que el periodo de audiencia -entre julio y agosto- ha pillado por sorpresa y casi bajo mínimos a varios ayuntamientos, sobre todo los de municipios pequeños, con algunos técnicos municipales de vacaciones. En la Marina los grandes debates están en cómo tiene que llegar el tren a las ciudades de Dénia y Benidorm.

El Tren de la Costa contempla el reivindicado desdoblamiento de la vía férrea entre Cullera y Gandia. Al respecto, Tavernes de la Valldigna reclama que esa duplicación se realice hacia el oeste de las infraestructuras ya existentes para preservar los pozos de captación de agua potable. Además, que se realicen mejoras en la estación, entre ellas elevar los pasos a nivel para reducir el riesgo de accidentes o adaptar las instalaciones a personas con movilidad reducida.

El municipio vallero también pide la permeabilización del trazado resultante para evitar el «efecto presa» que ya de por sí produce la AP-7, la N-332 y el tren, unas comunicaciones que dificultan la evacuación de las aguas que bajan al mar en caso de fuertes lluvias.

En Xeraco la concejala de Urbanismo, Jacinta Rubio, encargó un informe al ingeniero de Caminos Rafael Femenía. La solución 0A, la preferida por Xeraco, supone la ampliación de la estación y el actual edificio quedaría como apeadero con una pasarela de comunicación entre ambos.

En cambio, con la opción 0B se abandonaría los actuales túnel y estación y se construiría otra junto a la nave de Riegos Pous, que estaría separada del casco urbano por la travesía de la N-332. Xeraco entiende que la 0B «hipoteca el crecimiento urbano» y además tendría que modificarse si algún día se construye la variante que saque la N-332 del pueblo; la A-38.

En Xeresa su alcalde, Tomàs Ferrandis, explica que se suman a la petición de Xeraco de que la vía no bordee el casco urbano.

El Gobierno de Gandia remitió también sus observaciones a Fomento. La alcaldesa, Diana Morant, defiende la alternativa 1A, que respeta el túnel y la estación subterránea, y pide una parada en el hospital. El grupo municipal de Més Gandia (formado por Compromís, EUPV y ERPV) es partidario de que el Tren de la Costa funcione más como un servicio de Cercanías que como una línea de velocidad alta, y por tanto que haya al menos 14 paradas entre Valencia y Alicante. Més Gandia presentará una moción en este sentido en el pleno de septiembre.

El portavoz del PP, Víctor Soler, lamenta que el Gobierno local no haya consensuado con la oposición las alegaciones enviadas, «como sí lo ha hecho Oliva, por ejemplo», apunta. Soler recuerda que se debe materializar el protocolo firmado en octubre de 2011 según el cual el Estado se comprometía a invertir 560 millones de euros y la Generalitat otros 770 millones. Por aquella época el ministro de Fomento era el socialista José Blanco y la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, del PP. «La Generalitat y la Intervención General deben planificar ya esa partida, sobre todo si quieren asumir las competencias en Cercanías», advierte Soler.

Siguiendo con el trayecto, por ahora imaginario, Daimús plantea que se mantenga el «trazado histórico» de la línea. Se trata de la alternativa 1B, que aprovecha el antiguo corredor ferroviario Carcaixent-Dénia -en la actualidad es una Vía Verde- con un eje muy similar al proyecto constructivo Gandia-Oliva que redactó la Generalitat. El alcalde, Javier Planes, considera que la solución 1A «partiría el municipio en dos y nos quedaríamos sin terreno agrícola».

Bellreguard quiere una parada, y así lo ha hecho constar el propio alcalde, Joan Marco, en su escrito a Fomento. «El mismo tren -argumenta Marco- hace parada en Alfafar, Massanassa y Catarroja en una distancia inferior a la existente entre Gandia y Oliva, además de parar en El Romaní, con un número de habitantes inferior a Bellreguard». La parada en Bellreguard, según Marco, beneficiaría a 44.800 habitantes, correspondientes a la «población en verano» que tienen Bellreguard, Miramar, Piles, Palmera, l'Alqueria de la Comtessa y Guardamar de la Safor. Sin embargo, según el estudio, construir esas dos estaciones no sería rentable por la «baja demanda» y porque cada una de ellas costaría 5 millones de euros.

En Oliva las alegaciones fueron aprobadas por unanimidad en el pleno del pasado 9 de agosto. El municipio reclama que la futura estación esté dentro del casco urbano, concretamente en el Parc de l'Estació (2A), por donde circulaba el antiguo tren de vía estrecha.

La Marina

La Generalitat también se ha puesto al frente de los municipios y ha presentado alegaciones. Para el Consell el Tren de la Costa debe tener «el mismo trato prioritario que el AVE a Galicia o a Zamora». La consellera María José Salvador se reunió el pasado 3 de agosto con los alcaldes de Gandia, Diana Morant; Oliva, David González; y Dénia, Vicent Grimalt. El objetivo es mantener viva la llama de esta revindicación histórica.

Para el alcalde de Dénia el informe de Fomento es «una puñalada trapera». Grimalt lamentó que «sea más fácil viajar a las Islas Baleares que a Alicante».

El estudio llega el mismo verano en el que FGV ha decretado el cierre, en principio provisional, del TRAM entre Dénia y Calp hasta que se ejecuten obras de mejora.

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