El Ayuntamiento de Gandia, con el visto bueno de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), sigue avanzando en su propósito de ganar para la ciudad más espacios situados alrededor de la dársena del puerto, lo que, como ha venido ocurriendo en los últimos años, permitirá ensanchar el uso público de un conjunto que todos los gobiernos locales han coincidido en señalar como «estratégico» para el turismo de la capital de la Safor.
En ese camino, el pasado mes de julio la APV aceptó la propuesta que hace ahora un año le planteó la alcaldesa de la ciudad, Diana Morant, y ha acordado definitivamente ceder otros cuatro tinglados que no se consideran necesarios para los usos comerciales del puerto ni son requeridos para la carga o descarga de los buques mercantes. Con esta decisión, el ayuntamiento ya dispone de nueve de las diecisiete singulares naves de techo circular situadas en el muelle que, por el sur, cierra la dársena del puerto.
De los cinco tinglados que ya estaban en manos del ayuntamiento tres están cedidos a la Cofradía de Pescadores del Grau, que tiene justo allí el muelle de amarre de sus barcas y, a escasa distancia, la lonja de subasta del pescado. Los otros dos quedaron a disposición de la Universitat Politècnica de València, que los aprovecha para actividades e investigación.
Ahora el Gobierno local gandiense tiene planes diferentes para los otros cuatro tinglados que le han sido cedidos. Según señalan fuentes del Ejecutivo del PSPV-PSOE y Més Gandia, dentro de su idea global de «integración puerto-ciudad», en esas cuatro naves se podría desarrollar un gran proyecto que combinara la cultura, las actividades lúdicas y la historia, pero, atendiendo a la precaria situación económica municipal, es necesario que intervenga la iniciativa privada.
La alcaldesa, Diana Morant, ya ha contactado con empresas que, mediante la firma de un acuerdo a largo plazo, estarían interesadas en disponer de los cuatro tinglados, invertir dinero y promocionarse públicamente mediante la prestación de ese servicio cultural y lúdico dirigido tanto a los ciudadanos de Gandia como al turismo. En el ayuntamiento piensan especialmente en entidades bancarias que en otras ciudades han promovido y mantienen proyectos de este tipo. Salvando todas las distancias, ahí están los centros culturales o los «Caixafórum» de Barcelona o Madrid que ahora el Ayuntamiento de Valencia y el Consell de la Generalitat quieren extender al Àgora de la Ciutat de les Arts y de les Ciències.
Aunque todo está abierto, entre las ideas que rondan por el Ayuntamiento de Gandia figura la posibilidad de aprovechar esos tinglados para incorporar una especie de centro de interpretación basado en la historia del puerto y del ferrocarril Gandia-Alcoi, proyectos que nacieron en paralelo y que ejecutó a finales del siglo XIX una empresa inglesa. En este mismo lugar podría quedar ubicada la salida de la ruta verde del Serpis, que también el Ayuntamiento de Gandia está impulsando junto a los otros once municipios que atravesaba aquella línea férrea desmantelada en 1969.
En las negociaciones que han llevado a la Autoridad Portuaria a ampliar la superficie destinada a usos sociales han participado el presidente de ese organismo, Aurelio Martínez, y la alcaldesa de la ciudad, que mantienen una estrecha relación institucional y que coinciden en que Gandia se aproveche más de su puerto.
