El instituto Vall de la Safor de Villalonga suspendió casi a mediodía de ayer las actividades docentes iniciadas el día antes debido a las altas temperaturas que se siguen produciendo en estos primeros días de septiembre.
La dirección del centro comprobó que a eso de las once de la mañana el termómetro en las aulas más cálidas, situadas en la planta superior del inmueble de la carretera de Ador alcanzaban temperaturas de 32 grados, cinco más que los fijados como límite para permitir el suficiente confort y dar clases a los alumnos.
La incidencia fue comunicada al alcalde de la localidad, Enric Llorca, dado que es él, en calidad de jefe de Protección Civil en el municipio, quien debe constatar los hechos y autorizar la suspensión de las clases. Llorca comunicó los hechos a la inspección de la Conselleria de Educación, que se dio por enterada de este hecho.
El conseller Vicent Marzà dejó claro el pasado miércoles, la jornada previa al inicio del curso escolar, que su departamento autorizaba a la suspensión de actividades, incluidas las docentes, si los alumnos y los profesores no se encontraban en las condiciones idóneas de habitabilidad y confort.
Algunos alumnos llamaron a sus padres, que pasaron a recogerlos, y los otros optaron por situarse en el patio o aulas más frescas hasta el mediodía, cuando ya se fueron a casa.
Ayer en la comarca de la Safor se registró otro de esos días de temperaturas que superaron los 33 grados, algo por encima de la media en un mes de septiembre.
En la mañana de ayer el de Educación señaló que no le constaban más incidencias de suspensión de clases por calor, y se remitió al cumplimiento del protocolo que ha establecido su departamento.
Para el lunes próximo, cuando se inicia la primera semana completa del nuevo curso, la Agencia Estatal de Meteorología prevé una progresiva suavización de las temperaturas, que serán más frescas hacia el jueves, lo que permitiría afrontar la actividad docente en las aulas con total normalidad.
