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El cierre de Beniarrés ya causa la muerte de peces en el cauce del río Serpis

La sequía deja sin agua algunos tramos y los pescadores ya han visto anguilas sin vida La Confederación apenas suelta 80 litros por segundo

El cierre de Beniarrés ya causa la muerte de peces en el cauce del río Serpis

La intensa y prolongada sequía que ha obligado a cerrar las compuertas del pantano de Beniarrés, en el tramo medio del río Serpis, ya ha tenido consecuencias negativas en el medio ambiente.

A pesar de que la Confederación Hidrográfica del Júcar señaló que iba a dejar salir 80 litros por segundo para que ese ínfimo caudal sirviera para mantener un hilo de agua en el cauce, al menos hasta Villalonga, lo cierto es que el río no resiste y algunos tramos se han secado o presentan un estado más fangoso que hídrico.

En el llamado azud del Pas de la Guàrdia, en el término de Villalonga, se aprecia perfectamente el descenso del nivel del agua respecto a la semana anterior y, a muy poca distancia de allí, grupos de pescadores ya han podido presenciar cadáveres de anguilas jóvenes arrastrados por las aguas que, a menos eso piensan los pescadores, han muerto río arriba a causa de la sequía.

Eso en el Serpis, porque en otros cauces de la comarca, como el Vernissa, hace años que la imagen resulta desoladora y desde hace al menos medio siglo nadie recuerda que durante tres años seguidos no discurra agua. Las anguilas, los peces, el resto de la fauna y de la flora acuática ha desaparecido, y hoy incluso los cañares presentan un color amarillento, fruto de la falta de lluvia, que no cae en régimen de normalidad desde 2013.

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