Desde que definitivamente se abandonó la idea de ampliar el Club Náutico en un megaproyecto que contemplaba incluso la demolición de la gran escollera norte que protege el puerto, las distintas directivas de la entidad no han encontrado la fórmula para conseguir la renovación de la concesión administrativa que le habría permitido mantenerse durante al menos dos décadas más en ese lugar.
Desde hace cerca de dos años la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ha mantenido en precario la concesión del espacio público que ocupa el Club Náutico. De hecho, el actual concurso entre su propuesta y la de la empresa privada se deriva del ultimato que, como anunció este periódico, la APV dio al club para que presentara su proyecto antes de que acabara el verano.
Especialmente en la pasada legislatura municipal el entonces alcalde, Arturo Torró, firmó al menos dos convenios con el club, cuyos detalles nunca se dieron a conocer, para «impulsar» el Náutico y convertirlo «en un referente en la Comunitat Valenciana». Esos anuncios, como el tiempo ha demostrado, se cuentan ahora como sonoros fracasos.
