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La falta de plazas de bachillerato garantiza el concierto de los IES privados de Gandia

Para el actual curso, la demanda de alumnos superó a la oferta en los centros públicos de la ciudad

Los alumnos, padres y profesores de los centros privados concertados que imparten bachillerato en Gandia pueden estar tranquilos, al menos en los próximos años. Esa es la percepción que tienen tanto la concejala de Educación, Laura Morant, como algún dirigente de estos centros ante el anuncio del conseller, Vicent Marzà, de reducir los conciertos solo lo necesario para cubrir la demanda que no pueda absorber la pública los próximos cursos.

La edil cree que la intención del conseller no afectará, al menos «a corto plazo», a estos colegios e institutos. El motivo es que si algo no sobra precisamente en Gandia son plazas de bachillerato, como ha quedado demostrado este mismo curso.

En Gandia hay cuatro centros públicos de educación postobligatoria: Ausiàs March, Maria Enríquez, Tirant lo Blanc y el Veles e Vents, que está en el Grau. Lo cierto es, y así lo reconoció ayer la propia Morant, que, actualmente, no son capaces de absorber la gran demanda que tiene la capital de la comarca de la Safor. Y es que, a estos, no solo quieren acudir los chavales de Gandia, sino que en ellos también estudian alumnos de otros municipios en los que sí que hay instituto (Bellreguard, Tavernes, Villalonga, por ejemplo) debido a la variedad de especialidades que se ofrecen.

No en vano, el pasado mes de junio, la falta de plazas en la enseñanza púbica le generó un problema al Gobierno local de Gandia y también a la Conselleria de Educación, ya que se vieron desbordados y con medio centenar de jóvenes con la incertidumbre de saber si tendrían o no un sitio donde estudiar cerca de su casa.

De hecho, algunos centros concertados que aún tenían plazas libres acogieron a aquellos alumnos que no fueron adjudicados en ninguna de sus opciones preferentes por parte de la Conselleria porque no había sitio en los centros públicos.

Ampliación de plazas

Laura Morant, sin embargo, recordó que esta situación se podría paliar en los próximos años. Y es que está pendiente de ejecutar la ampliación del Ausiàs March tras la compra del solar del antiguo cine Bulevar, lo que permitirá también poner a disposición de los alumnos nuevas unidades. Además, el mapa educativo de la legislatura presentado por la conselleria hace unos meses, incluye también la rehabilitación del María Enríquez, que también aumentaría la oferta de plazas.

En todo caso, estas obras ni siquiera se han ejecutado, por lo que los cálculos de la edil son que las plazas de los centros concertados de le van a venir muy bien a Gandia los próximos años. «Yo creo que aquí no va a haber ningún problema en ese aspecto», repetía.

En la misma línea se pronunció ayer Domingo Vayá, director de Escolapias Gandia, donde se imparte bachillerato. A su entender, la enseñanza concertada en este nivel no solo está asegurada a corto plazo, como cree Morant sino «a medio plazo» porque «en estos momentos hay mucha más demanda que oferta en la ciudad». Vayá está convencido de que los dos modelas son «complementarias» y cree que la Conselleria debería seguir «el principio de demanda». «Si un concertado está a tope y un público vacío no hay que suprimir un concertado pero también digo lo contrario, hay que fijarse en la demanda», apuntaba el director, quien insiste en que, a su entender, «no hay peligro» porque «otro escenario estaría fuera de la realidad». Vayá aclaró también que los centros concertados en Gandia, y en concreto el suyo «siempre nos hemos sentido escuchados por las administraciones».

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